"Si el mundo fuera claro, el
arte no existiría".
El mito de Sísifo, de Albert Camus
El problema quizás no sea la
cantidad de información que nos desborda a diario. El problema pasa por la
escasa comprensión que sabemos dar a tanta indicación recibida. Si están en
juego nuestras emociones o simpatías a la hora de descifrar el testimonio, el
proceso es sangrante. Es conmovedora la inocencia humana. Es inquietante la
ignorancia, pero es perturbador recoger indicios de este misterio que es vivir
a través de cualquier manifestación. Y el arte o la cultura no escapan a esto,
por un lado emocionan hasta la sensualidad y por otro, lastiman y obligan a
reconocer el dolor que nos atraviesa en este proceso que es la existencia.