sábado, 15 de diciembre de 2018

Es un buen tipo mi viejo que anda solo y esperando


“Un buen padre vale por cien maestros”
Jean Jaques Rosseau

No recuerdo haber sostenido ninguna de esas estereotipadas charlas de vida con mi padre. No hago esfuerzos por recordar, pero no sostuve nunca una conversación en profundidad con él. Nuestra relación ha sido siempre amena, de respeto y de amor; él padre, yo hijo. Pocos retos, casi ninguna recomendación, variados consejos y directivas, escasa interacción padre hijo en juegos o tareas domésticas. Papá es un hombre de pocas palabras, aunque él determina el ámbito donde va a ser distinto, divertido, locuaz, explicativo; como yo. Salí tímido y retraído durante mucho tiempo, hoy parezco superado o más suelto, pero mi esencia es solitaria. Mi viejo me ha dado las mejores lecciones de la vida. Lo hizo sin decirme nada. Pero es verdad, regularmente compruebo que parte de mis valores los heredé de él. Y es mágico, porque nunca hizo campaña conmigo.