jueves, 29 de abril de 2021

Jugar con fuego si me quedé sin aliento

No soy lector ni autor de novelas didácticas, y a pesar de lo que digan, Lolita carece de pretensiones moralizantes. Para mí, una obra de ficción solo existe en la medida en que me proporcionó lo que llamaré, lisa y llanamente, placer estético”.

Vladimir Nabokov


Sostenemos una confrontación absurda. La literatura no educa, nos conmueve a través de un arte que resulta de la combinación de las palabras. Leer ficción nos permite enriquecer talentos, no solo alimentar la imaginación o fantasía. La continuidad en la lectura nos permite observar mejor la realidad, nos educa en la percepción de matices, luces y sombras. Pero luego, la incongruencia que pueda darse entre el conocimiento y el propio comportamiento escapa de la ficción, de la literatura y de la propia filosofía. Según James Wood, crítico literario, la literatura es una experiencia de co creación. El autor escribe, el lector imagina situaciones y se adentra en lo enunciado y en lo no enunciado.

domingo, 25 de abril de 2021

Y cuando salto de cubierta y me abandono a la corriente

 

Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar”.

Frida Khalo.


Fue la frase que me acompañó en mi casi salida de la niñez, siempre vinculada a la necesidad de poder obtener cosas, en mí caso, a progresos emocionales. En otros órdenes no soy osado ni ambicioso. Pero aquella frase resuena en mi interior al afrontar situaciones difíciles o dubitativas. Hace tiempo que tengo claro que no puedo huir de mis problemas, debo estudiarlos, valorar mis posibilidades pero decididamente, enfrentarlos, aunque no los supere. Aún aquellos que no dependen de mis decisiones, como puede ser este momento de mi vida. Esa frase reapareció en estos días y me regresó a esa primera infancia, parado al borde mismo y con mis dedos de los pies tocando agua: “tirate a la pileta” me pedía romper con mi miedo a entrar a la piscina por la parte honda y quedarme. Y lo superé a medias, pero la perspectiva del tiempo pasado te permite comprobar los supuestos fracasos como la punta de lanza de cosas superadas.

viernes, 9 de abril de 2021

En la zona de promesas

La persona envejece en su relación con el tiempo, con el propio cuerpo, con la sociedad, con la civilización y finalmente, con la muerte”.

Jean Améry, ensayista austríaco (1912-1978)


La educación o formación para toda la vida es un concepto que se defiende para que todo ser humano tenga la posibilidad de desarrollar permanentemente nuevas capacidades o reafirmar las vigentes, ante la velocidad de cambio exponencial en el modelo de negocios y las comunicaciones, con su capacidad de adaptación. En muchos casos, la sociedad se empecina en hablar con la boca grande sobre la inclusión pero mutila sin causas la todavía posible proyección de ciertos segmentos de edad de la población, amparándose en un concepto erróneo de velocidad que nos sobrepasa hasta el extremo de dudar sobre nuestra vocación o capacidad. Cada vez resulta más claro el reconocer que un porcentaje menor de los jóvenes que terminan sus estudios iniciales, tengan en claro su vocación y profesión. Las segundas o terceras oportunidades -de escoger carrera, curso o formación- son cada vez más manifiestas, notorias y necesarias para la mayoría.

jueves, 1 de abril de 2021

Que nunca acabaría pero sin embargo terminó

 

Todos experimentaban sentimientos monótonos. -Ya es hora de que esto termine-, decían, porque en tiempo de peste es normal buscar el fin del sufrimiento colectivo y porque, de hecho, deseaban que terminase. Pero todo se decía sin el ardor ni la actitud de los primeros tiempos, se decía sólo con las pocas razones que nos quedaban todavía claras y que eran muy pobres”.

Albert Camus – “La peste”

Si las teníamos, este confinamiento ha terminado con parte de nuestras certezas. El encierro confinamiento programado según tácticas utilizadas en la Edad Media nos ha vuelto más escépticos -si cabe-. Cuanto mas profundo es el dolor, menor será la probabilidad de que termine sin dejar marcas importantes. De momento podemos distinguir acciones individuales pero es indudable que las diversas ciencias deberán trabajar en los problemas colectivos que estamos ya acarreando. Es incierto el saber lo que encontraremos a nivel social detrás de esta crisis, el futuro será el fruto de la masa madre de este presente que distinguimos como una distopía sin llegar aún a comprender sus bases y sus consecuencias. La mirada y la escucha serán los principales ingredientes que fijen la experiencia y el relato el medio para que en el futuro no se pierdan estas historias. Somos todos testigos de esto que nos está pasando pero aún no sabemos quien ha de ser el mejor relator o escritor de esta epidemia.