lunes, 29 de agosto de 2022

Para que contar el tiempo qué nos queda, para qué contar el tiempo que se ha ido

 “Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la tierra”.

Stefan Zweig


Harto, cansado y deprimido por la certeza de que la civilización estaba siendo derrotada, el veintidós de febrero de 1942, el escritor Stefan Zweig y su esposa decidieron quitarse la vida. Una sobredosis de barbitúricos y un abrazo eterno en la cama matrimonial pusieron fin a una larga huida del nazismo por varios países y a una convicción de que no se podría frenar a Hitler. El exilio generaba tanto desconsuelo como la situación alemana en esa segunda guerra. La necesidad de conservar una independencia intelectual y moral en el medio de una catástrofe de masas fue el determinante de la decisión conjunta. Faltan veinte años para que se cumpla un siglo de esa efemérides. Motivos han sobrado para que la humanidad continúe tomando medidas drásticas. Pero la vida continua, aún con tantos errores y horrores.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Tan profundo, no me duelen, no me hacen mal

El escritor necesita suponer que es libre”

Salman Rushdie


La literatura como toda expresión de arte es libre pero sus autores no. Tal vez no exista la libertad, solo se inventa y creemos irracionalmente en alcanzarla. Tantas veces la lucha se debate en la construcción de la libertad. El lenguaje debería ser sinónimo de liberación y en un juego de palabras, el escritor debería ser toda la vida un observador y no el observado. En cualquier sociedad libre las cosas que se dicen o escriben pueden gustar o no, el asunto no parece ser el desacuerdo. Las voces disidentes deben hablar, la frase “la libertad no es un té de las cinco. La libertad es una guerra”, destacada en su novela “Shalimar, el payaso” da a entender que a pesar de treinta años de amenaza de muerte, Salman Rusdhie para no perder la libertad se defendió siendo libre. Y muchos ahora, visto lo visto con el apuñalamiento al escritor angloindio y con su despliegue mediático, entienden que al suceder lo sucedido, caía de maduro que si sobre alguien pesa una “condena de muerte” es raro que el condenado pudiera seguir viviendo libremente. Y sobre esto han opinado muchas personas, no necesariamente los fundamentalistas de turno.

domingo, 14 de agosto de 2022

Mi curiosidad es mas grande que tu miedo

Nadie puede vivir con la muerte ante los ojos si cree que al final espera el olvido”.

Frase de “El séptimo sello”, película de Ingmar Bergman (1957).


Hace más de dos mil cuatrocientos años que Aristóteles nos enseñó a pensar. Pero en estos tiempos, la sensación es que a la gente le aterra quedarse a solas con sus razonamientos para plantear una evolución o superación. Una sociedad asustada y desorientada opta por la distracción y el bombardeo constante tecnológico y sus pantallas y pantallazos con discusiones vacías como efecto sedante. Los dilemas planteados por Aristóteles fueron considerados “el ardiente deseo de toda mente pensante”, según palabras del Nobel de Física de 1954, el matemático alemán Max Born. A lo largo de los siglos ha inspirado a filósofos y pensadores de origen cristiano, judío, musulmán, budista, hindú, confuciano, ateo o agnóstico, lo que demuestra que su pensamiento no es de nadie pero si de todos. El hombre quien desde la filosofía griega establece los fundamentos de lo que luego se pudo conocer como teología, estuvo antes que las religiones y solo convivió con las “divinidades”.

lunes, 8 de agosto de 2022

No se bien que día es hoy

Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor”.

José Saramago


La experiencia adquirida por la generación que batalló en la Gran Guerra, entre 1914 y 1918, fue una de las más atroces. El siglo, que despuntaba, daría oportunidad a las siguientes generaciones a vivir momentos de espanto similar y aún peor. Son experiencias pobres a niveles comunicacional, de tan pobres que las personas aspiraban liberarse u olvidarse de esas vivencias. La destrucción del humanismo imperante entre los siglos XVI y XVII obligaba a la restitución de los viejos valores. Además de la perdida de miles de vidas, los sobrevivientes afrontaron una profunda crisis de la lengua. Walter Benjamín lo definía: “las gentes volvían mudas del campo de batalla” y ese silencio se volcó en la cultura, de ahí que 1922 fue designado como “annus mirabilis” con aportes capitales y esenciales en la cultural occidental.