domingo, 28 de enero de 2024

Ahora todo es bruma y no hay luces que seguir

Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven…”

José Saramago en “Ensayo sobre la ceguera”.


José Saramago nos advirtió con una brillante metáfora que nos impresionó pero no nos terminó de lastimar, conmover o doler. La humanidad es ciega y el ser humano habita una ciénaga infinita. Se moviliza por sensaciones, sentimientos, impulsos o instintos. Pero poco utiliza la confirmación de las percepciones y su razonamiento. Cúmulo de turbulencias imposibilita tantas veces a las personas videntes el poder ver. Muchos ojeadores cierran los ojos a la mas profunda oscuridad mientras que los que son ciegos de nacimiento se apoyan en los demás sentidos para intentar ver. Unos y otros no logran disipar la neblina que conforman muchas de las mentiras de la civilización. Paradójicamente en esa ceguera todo se analiza sobre un “punto de vista”, con “una vista previa” y otras redundancias.

sábado, 20 de enero de 2024

Era tan normal, la vida era vida

El tiempo no existe. El tiempo sólo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada”.

Manuel Vicent.

No tengo tiempo tal vez sea la frase mas desgastante de los últimos años. Los eventos o obligaciones de nuestros días parecen durar mas de lo que duran cuando les prestamos demasiada atención. El tiempo vuela cada vez mas veloz, retenemos menos cantidad de imágenes, dando la impresión falsa de que vivimos menos experiencias. Perdemos la batalla de estirar el tiempo para poder hacer más cosas en nuestro día a día. No sabemos escrolear la vida, como lo hace el scroll infinito adictivo en la web que nos quita ese tiempo libre que sí tenemos pero no nos damos cuenta. El tiempo puede ser esas cosas que nos pasan y que no nos damos cuenta que nos pasan al no estar atentos que nos pasan cosas.

sábado, 13 de enero de 2024

Una carta guardada, un buen signo de sol

"Se llama escribir. ¿Te acuerdas? Sabes, los niños ya no saben como hacerlo, muchos de ellos. Escriben en el teclado o imprimen. O chatean en el móvil".

Toni Morrison


Deberíamos comprender -de una buena vez- que lo que ganamos en rapidez, tal vez lo perdamos en salud mental. El avance de las tecnologías es imparable pero debemos intentar esforzarnos para confraternizar nuestras experiencias -los que la tenemos- de haber sido analógicos y digitales. La búsqueda del equilibrio tal vez se persiga en todos los órdenes de la vida y ya jugados, tal vez sea una de las tantas utopías perseguidas. Pero en lo que se refiere a la escritura se ha visto interferida por el proceso tecnológico. Escribir a mano se hizo tedioso, poco práctico porque el entorno -si lo dejamos- nos arrebata campo de acción. Hay que volver a la escritura a mano, a la “artesanal”, lo digo tan suelto de cuerpo mientras encaro el fin de este párrafo en mi Word habitual.

sábado, 6 de enero de 2024

Llegaron ya los Reyes y eran tres

 “Solo el misterio nos hace vivir. Solo el misterio”.

Federico García Lorca


Cuentan y juran que la iniciativa comenzó con un consenso generalizado. Tras la experiencia grupal del “Travieso Elfo de la navidad” -nueva chorrada de tradición, lo cual no explicaré en que consiste-, el grupo de padres quiso hacer algo similar para el día de Reyes. La situación era fácil, ponerse de acuerdo en repetir un detalle para todos los chicos. Pero el Elfo metió la cola o las piernas largas, ya que algún padre no respetó la consigna. Si se trataba de agregar una caja de doce lápices de color en la bolsa de cada niño en el colegio, más de un padre o madre prefirieron regalar una marca o calidad distinta al de la mayoría. Tal vez sea bueno para los niños, saber que en la vida hay muchas diferencias. Lo malo es comprobar que lo que en un pasado representó una fiesta religiosa, emotiva y nostálgica pasó a ser la obsesión por consumir, la competición entre adultos, el nicho para las carencias afectivas y atención, la sobre estimulación de niños consentidos y mal criados y la enorme carencia para sostener la capacidad de frustración del niño que siempre llega -y varias veces en un mismo día-. Los regalos de Reyes parecen que se alejan cada vez más del deseo de los niños, que son insaciables.