domingo, 6 de diciembre de 2015

Hablo por la vida, hablo por la nada



"Un libro es una versión del mundo. Si no te gusta, ignóralo u ofrece tu propia versión."
Salman Rushdie.

La mayoría de las noticias importantes de aquel año no pudieron trasmitirse a través de Wassap o Twitter.  Simplemente, aunque algunos jóvenes no lo crean, estos medios no existían; no nos hubieran alcanzado los hashtag o hubiéramos estado pendientes de los comentarios de grupo de wassap. Pero el mundo acompañó los avatares de 1989, a través de los medios lógicos de la época: diarios, radios, teletipos y noticieros. Fue una temporada convulsa, los cambios que se impusieron durante esos doce meses fueron significativos, pero la intención de escoger esa "cosecha" es comprobar si a grandes rasgos algo cambia en esta vida, y la respuesta puede ser que en lo esencial, seguimos navegando entre diferencias que nos debilitan.

El año comenzó con la entrada en vigor del Protocolo de Montreal, para proteger la capa de ozono. El mismísimo 1 de enero, veintinueve naciones ratificaron innumerables gestiones encaminadas desde 1987 con el objetivo inicial de alcanzar para 2050 la solución del agotamiento del ozono. La norma ha sido revisada en 1990, 1991, 1992, 1993, 1995, 1997, 1999, 2000 y 2008. No podemos vislumbrar si se ha agotado la paciencia o el ozono, los restos de las sustancias químicas prohibidas desde aquel entonces no han desaparecido aún. Es un secreto a voces que han causado más daño del que se preveía. El calentamiento global alteró la capa de ozono y el deterioro de la capa de ozono alienta el cambio climático.
El año 1989 nos deparó en diciembre, la última imagen espeluznante de la temporada. En plena navidad, a falta de pesebre, un grupo de soldados rumanos fusila al ex dictador Nicolae Ceausescu junto a su esposa, luego de un juicio sumarísimo. La pared amarillenta agujereada a balazos se ha convertido desde entonces en atracción turística. El patio del antiguo cuartel militar de Targoviste, a 80 kilómetros de Bucarest, se ha transformado en museo y la huella en tiza del lugar donde pereció la pareja, objeto de visitas y tours. Aquel juicio duró apenas una hora y cuarenta cinco minutos, mientras que la sentencia junto con su deliberación, apenas fue resuelta en cinco minutos. Su video de ejecución no fue viral, la tecnología "era apenas" la de la época, pero así todo, dio su vuelta al mundo. Finalizamos ese increíble año con polémica, ya que la cinta se cortó justo en el momento que los tres militares a cargo se disponían a disparar. Dos décadas y medio después, los fusilamientos o decapitaciones persisten, dictadores como Muamar Gadafi mueren linchados y viralmente, a través de YouTube.
Para finalizar aquel año con el fusilamiento de los Ceaucescu, tuvo que comenzar con el retiro de los treinta mil soldados soviéticos abandonando Afganistan. La capital, Kabul, aquel 6 de febrero quedó sumida en el caos, quizás nunca recuperado. Para la antigua Unión Soviética el agotamiento económico que supuso la invasión a aquel país fue la gota que rebalsó los estados comunistas del Bloque del este. A partir de esa fecha, distintas revoluciones disolverán el telón de acero, símbolo fuerte de la Guerra Fría. Polonia encabeza el camino a la liberación, seguido por Hungría, que en marzo legaliza el derecho a huelga. Regresan las elecciones legislativas en los países comunistas. El mapa europeo cambia de diseño luego de décadas. La caída del Muro de Berlín aquel 9 de noviembre y la Revolución de Terciopelo, el 17 de noviembre en Praga, confirman que la nueva década que se asoma será testigo de un nuevo mundo.
En Sudamérica, Paraguay y Chile vencen finalmente sus sistemas dictatoriales, con el fin de los absolutismos de Stroessner y Pinochet. El conflicto nacionalista entre Armenia y Azerbaiyán causa 91 muertos y más de 1.500 heridos, según datos oficiales. Nace la Unión del Magret Árabe, acuerdo firmado en Marrakech entre los jefes de estado de Túnez, Marruecos, Libia, Argelia y Mauritania. Presenciamos los multitudinarios funerales tras la muerte del fallecido emperador Hiroito, quién estuvo en el trono de Japón sesenta y seis años. En Sudán, partidos y sindicatos logran finalmente un acuerdo que pone fin a una guerra civil de más de seis años. Tras la muerte de Hu Yaobang, uno de los líderes de la República Popular China, se inicia la revuelta de la Plaza de Tiananmen, con una dura represión del gobierno chino, causando gran número de muertos y heridos. El 5 de junio quedará inmortalizado por "el rebelde desconocido", quien detuvo una columna de tanques por más de media hora en Pekín.
Han pasado tantas cosas en aquel año, que me sonrojo de pensar que el motivo de esta entrada tiene que ver con un hecho literario. Las pasiones personales tantas veces parecen prevalecer entre el egoísmo global. Cercano a terminar la entrada, recién en las siguientes líneas podré expresar lo que me movió a escribir sobre 1989, más precisamente el 24 de febrero. Aquel lejano día, el entonces líder islamista Ayatolá Jomeini, guía de la revolución iraní, ofrece al mundo una recompensa de tres millones de dólares a quién asesine al afamado autor anglo-indio Salman Rushdie, por considerar que su nueva novela, "Los versos satánicos", ofendía los preceptos del islamismo. Tal acto fue conocido como fatwa o fatua, y pasó a la historia por su carácter público y abierto, dirigido a todo musulmán que quisiera oír tal mensaje. El pecado del trasgresor de Rushdie fue vincular en el texto al Profeta Mahoma con prostitutas, además de interpretaciones negativas de determinados versículo del Corán. Jomeini prometió considerar "sahid", mártir, al que vengara dicha afrenta.
El mensaje trasmitido por Radio Teherán incluía la advertencia que aunque el escritor y su editor se arrepintieran y se convirtieran en los más piadosos de los hombres, los musulmanes deberían utilizar todos los medios a su alcance, para matarlos. El libro, precisó el comunicado, era un ataque calculado del colonialismo contra la grandeza y el honor del clero. Lo más llamativo de todo lo llamativo de la causa, es que Rushdie siempre se caracterizó por ser un acérrimo enemigo del colonialismo. A pesar de la contradicción, la década siguiente se convirtió para el escritor en una rutina de aislamiento y peligro constante. Poco antes de la fatwa, el escritor había declarado a The Guardian, que "una tribu poderosa de clérigos copó el Islam, convirtiéndose en policía del pensamiento contemporáneo". Si bien le cambió la vida pero la mantuvo, varios de sus colaboradores indirectos sufrieron las consecuencias de tamaño llamamiento. Traductores del autor en países como Japón, Italia o Turquía, fueron asesinados o heridos por colaborar la difusión de la obra.
La novela sufrió la particular condición de Best Seller. Particular porque la sospecha de que la mayoría nunca la leyó, persiste en estos días. Países como Francia o Reino Unido decidieron en su momento retirarla de circulación. En el norte de Inglaterra, más precisamente en Bradford, de alto proporción de habitantes musulmanes, se procedió a la quema pública de ejemplares del libro. Serios accidentes se congregaron en Pakistán unos días antes del anuncio de la fatua. El asalto de un centro cultural en Islamabad, generó un saldo de cinco muertos y decenas de heridas a causa de la ira por la publicación del libro. En las calles de Londres, una manifestación exigió la destrucción de la editorial Penguin, que publicó la obra. Veinte muertos en Bombay en una protesta de diez mil musulmanes contra Rushdie, confirmaron que la muerte se acostumbraba a la novela. Dos líderes musulmanes moderados que intentaron matizar el contenido de la obra, también fueron asesinados.
El escritor se acostumbró a la clandestinidad y a vivir poco tiempo en cada lado. Equivocó el diagnóstico al creer que él era el centro de interés, cuando lo era la libertad de expresión y la sociedad racista que persiste veinticinco años después. Nunca se sabrá que hubiera sucedido de publicarse la obra unos meses después. Jomeini falleció en junio, y más de uno creyó precisar que el escritor indio fue la excusa para mantener encendido el fuego de la revolución. "La flecha ha sido lanzada", declaró Jomeini unos días después, desde Belgrado. Ante la pregunta que nadie ha contestado aún (quién ha leído en todo este tiempo la novela), el Ayatolá precisó "no era necesario leerlo, todo el mundo lo había leído".
El resto de su creación literaria ha quedado eclipsada por aquel suceso extra literario. Rushdie se disculpó pero en realidad no pidió disculpas, y su clandestinidad perduró más de una década. "Los versos satánicos" han marcado su carrera, oscureciendo su grandeza literaria; casi nadie recuerda lo excelente de su novela anterior, "Los hijos de la medianoche". La mayoría de sus trabajos han volado a diferente altura, distrayéndonos de que en realidad, se trata de uno los grandes escritores vivos de estos tiempos . En estos días retoma la actividad con un título original que refleja su punto de vista sobre "Las mil y una noches", loando la figura literaria de Sherezade. "Dos años, ocho meses y veintiocho noches", el nuevo título son exactamente mil y uno noches. Retoma la fantasía delirante enlazada con la locura de la naturaleza humana. El autor sigue hablando a través de sus libros, nos recuerda las turbulencias que no cesan en la historia, nos apremia con los dilemas éticos que la condición humana eterniza para hacer perdurables nuestras incongruencias. Y no olvidarnos que la literatura es la rebelión contra los poderes, y Rushdie siempre utilizó la ironía y el humor como recurso para confrontar las trampas y falsedades.
El destino en ese febrero le marcó la vida, muchos lo relacionan con un mártir, o un personaje icónico o como un excéntrico escritor que recibió una acción publicitaria única. Lo determinante de este acontecimiento es la intransigencia religiosa desplegada por una obra literaria. El fanatismo persiste un cuarto de siglo después, este año 2015 comenzó y terminó en París vinculado a atentados: en enero al periódico Charlie Hebdo, por viñetas contra el islam y hace un par de semanas un nuevo atentado del estado islámico, a pesar del incremento de medidas de seguridad, entre otras cosas por una nueva conferencia sobre cambio climático.

Aquel 1989 fue un año de constantes novedades. Además de las reseñadas, el 20 de enero, George Bush, padre, jura su cargo como 41º presidente americano, y el 17 de diciembre asistimos al primer episodio de Los Simpson. Un mes después del mensaje de Jomeini, en Estados Unidos comienza a implementarse el Word Wire Web, invento del británico Tim Berners-Lee,  que instaló internet. Todavía no sabemos si estamos ganando o no la lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos, lo que si podemos comprobar es el triunfo rotundo de la tecnología que nos muestra lejano aquellos años convulsos. Hoy las noticias nos llegan por wassap o Twitter, pero la inmediatez no ha logrado reemplazar al mismo desconcierto.

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