miércoles, 28 de agosto de 2013

Una nueva cruzada



Se fue Marcelo y llegó Gerardo. Esto podría ser una rápida reseña pero creo que es algo más, una continuidad de una relación. Ambos personajes, vinculados a la historia de Newell’s, vinculados a la dirección técnica en selecciones sudamericanas que compitieron con buenos resultados en el mundial de Sudáfrica y ahora, gracias al arribo del Tata al Barça, ambos podrán un día cotejar sus experiencias europeas.


Marcelo Bielsa de momento está a la espera de un nuevo desafío. Es de esperar que no tarde demasiado en embarcarse en su interminable cruzada y que algún día aterrice en un futbol argentino normalizado. Según una nota de Cancha llena, suplemento deportivo del diario La Nación, algún dirigente de Racing Club se contactó por medio de Claudio Vivas, según consigna el sitio TyC Sports para ofrecerle la dirección técnica de la Academia. El loco, una vez enterado de la llamada, habría descartado la propuesta de inmediato con una reflexión a su estilo: “Discúlpeme, ¿de qué proyecto me habla si hoy echó al entrenador en la cuarta fecha? Buenas tardes”. La noticia podría ser cierta, la respuesta es pura cepa Bielsa.

Gerardo Martino llegó a un equipo que estaba en estado de shock, luego del repentino anuncio de la retirada de Tito Vilanova. Tras sortear un año difícil, siempre pendientes del estado de salud del primer entrenador, que fue el segundo de Guardiola (el dueño del ciclo más trascendente del futbol del Barça y quizás del futbol mundial), parecía que la segunda temporada de Tito iba a estar signada por la tranquilidad, aunque algunos temían el tan necesario recambio de una generación sublime. Pero Tito se presentó a conferencia de prensa, se despidió de todos y Zubizarreta tuvo que resolver en tiempo record el sucesor para un plantel que ya estaba de pretemporada.

La renuncia de Vilanova frustró a todo aquel que ansiaba conocer el verdadero potencial del de Gerona. Entrenador centrado, cercano a los jugadores e importante a la hora de desarrollar las tácticas, en el primer año no se pudo apreciar su calificación, el único rasgo que muchos destacaron fue su capacidad para realizar modificaciones y revertir tácticas rivales que ponían en aprietos al Barcelona y hacer mas vertical el juego del equipo resignando la presión como principal argumento. En la misma semana que se profundizó la grieta en la relación entre Guardiola y Vilanova, Tito en una actitud sincera, reconoció que la enfermedad continuaba y que él no podía compatibilizar la dirección técnica con el nuevo tratamiento. De paso, quedó la sensación de que Guardiola quedaba muy mal parado en ese clima bélico que cada tanto regala la institución catalana.

La continuidad de can barça estaba en juego. Luis Enrique parecía ser el candidato de todos, ya que la temporada estaba casi diagramada para todo el panorama del futbol mundial, y entrenadores como Michael Laudrup, alguno de los Koeman o Frank de Boer u Oscar García estaban ya con equipo y contrato firmado, a diferencia del asturiano que el Celta aun no había ingresado el contrato a la Federación. Joan Francesc Ferrer “Rubi” se barajó como opción pero para todos podría tratarse más como una opción de emergencia pero nunca para toda la temporada. El entrenador que pasó  a formar parte del staff técnico en el verano y que llegaba desde Girona como asistente, es una opción de futuro, pero era adelantarlo demasiado. Lo mismo se pensó de Luis Carreras de buena campaña en el Sabadell y luego de mencionar tímidamente a Eusebio Sacristán, todos coincidieron que la continuidad de la masía iba a ser difícil.

El último de la lista, paso rápidamente a ser el segundo, y luego de unas horas tomó fuerza que iba a ser el primero, por no decir la única opción, en la que se concentró Zubi. Gerardo Martino terminaba su ciclo en Newell´s, revitalizó el equipo en base a premisas serias, a jugadores de inferiores y la vuelta de “leprosos” consustanciados con la institución y se alzó con el Torneo Final de Argentina a la vez que caía en semifinales de la Copa Libertadores ante el Atlético Mineiro de un ex culé, Ronaldinho, a la postre ganador del torneo. No era la primera vez que sonaba el nombre del Tata en la Liga, la Real Sociedad lo habría sondeado, el Málaga lo quería para reemplazar a Pellegrini y alguna vez, los diarios afines a la casa blanca lo había mencionado en el caso de que no lograrán el éxito en la operación típica de acoso derribo del club merengue para lograr el concurso de Ancelotti.

Y la gente no lo conocía. Pero eso no es problema, algunos aficionados y la mayoría de los reporteros de este continente no suelen conocer lo que circula a más de veinte centímetros de sus ombligos. Y cuando el talonario hace su aparición, las partes hacen un curso acelerado y se convierten en Neymarfolos y en estos dos meses hemos visto como se hizo el graduado para ser balexpertos. Sigue vigente una desafortunada frase de Rafa Benítez cuando desató su furia contra la secretaría técnica del Valencia (otro de los clubes que solo sabe lo que es vivir en paz un año de cada decenio) y lanzó la frase “Yo pedí una lámpara y me trajeron un sofá”. El sofá era el uruguayo Canobbio y quizás también el brasileño Oliveira. La eterna mirada hacia los futbolistas sudamericanos siempre estuvo rodeada de éxitos pero también de tópicos que para muchos de nosotros era viveza, pero no criolla. Abarataban el precio del jugador porque no se sabía si sería posible su rápida adaptación al tan mentado futbol europeo. Con ese “temor” han esquilmado a bajo coste a clubes y cuando ya fue imposible luego de la ley Bosman, apareció otra faceta europea, desconocer de qué material están hechos muchos de los players latinos, los supuestos de segunda línea.

Algunos periodistas, como hicieron con Bielsa hace dos años, se jactaron con deje de superioridad de confesar que ignoraban todo acerca de Martino; la jactancia no era por la propia ignorancia, sino porque eso demostraba que el personaje apenas existía. Para ellos la novedad es que le decían Tata, que se asociaba en algo con Tito. Como si el arte de la información no pasara por informarse, mostraron su ignorancia en el estado más bruto. Se olvidaron que cuando Guardiola perdió en Soria ante el Numancia y empató en el camp nou ante el Racing de Santander muchos gritaban que Pep no lucía galones para ser entrenador del Barça; y que cuando Tito aceptó el desafío solo había sido ayudante de campo. Mientras tanto, el tata desconocido puso en aprietos con Paraguay la marcha de España hacia el mundial y al final del partido, confesó con esta misma sinceridad, que su equipo había tenido mucho culo.

Y volvemos por un segundo a Marcelo Bielsa. El “loco” no habrá sido entrenador del Barça porque la complejidad del personaje habrá asustado a más de uno. En las listas figuraba y la mayoría recordará la paranoia desatada el pasado invierno cuando el entrenador compartió cena con Valdano y Zubizarreta en Bilbao, crecieron los rumores que se lo robarían al Athletic. Bielsa fue como un oasis para muchos argentinos que vivimos fuera de casa. Bielsa prefirió el silencio ante la cantidad de interrogantes que despertaba su llegada al Athletic. Muchos no lo conocían, si hasta creían que era chileno de origen. Y él con su trabajo y fundamentalmente con sus convicciones, supo manejar a una prensa que siempre busca la nota de la polémica y las ansiedades de una afición que terminó idolatrándolo. Para mi caso personal, Bielsa fue una especie de reivindicación, a veces tenemos la sospecha que debemos demostrar nuestras capacidades en tierra ajena, y Bielsa no solo lo hizo sino que empleó un don de gente que dejó opacado a más de uno y con ganas de estudiar relaciones internacionales. Y respondió a las sugerencias de "sólo aquí se trabaja en serio" con más y más trabajo, a un ritmo que solo sus colaboradores pudieron sostenerlo.

Quizás por eso nos ponemos en guardia con el Tata Martino. Este es mas elástico que su maestro, no magnetiza tanto, ya se sabe que los locos suelen asustar a muchos cuerdos y es posible que Martino, sea víctima de la prensa, de una facción  o la otra. Cuando en su despedida de la prensa de Rosario dijo estar convencido que su compatriota Messi habría incidido a favor de su contratación, no podía imaginar que esas palabras causarían revuelo en la prensa española. Y hubo dos cosas raras, el revuelo siempre sale desde Madrid, y segundo, es quién podría no pensar que la opinión de Messi o el entorno no hubieran apoyado la contratación de Martino. Pasado unos días y ya en contacto con los medios catalanes y nacionales, Martino explicó el asunto con naturalidad, sin necesidad de excusas o culpando al mensajero. “Presuponía que habían consultado a Messi mi fichaje, pero parece que no es cierto”. Y asunto zanjado, a lo Bielsa o a lo Martino y el periodismo conforme.

Pero la prensa siempre pregunta, y casi nunca hace preguntas interesantes. Pero de esa monotonía de la mediocridad surge cada tanto algún mal momento y en la habitual consulta en Barcelona de lo que haga o hace el Real Madrid, Martino ante un interrogante inglés decidió ampliar su respuesta de cortesía hacia el jugador galés Bale diciendo que el dinero que se movía a través del pase del jugador le parecía una falta de respeto al mundo en general. La respuesta no es sublime, es algo que a todos nos parece de sentido común, mas revisando los datos de este país que atraviesa un momento tan complicado y donde las instituciones están sospechadas o quebradas y los distintos equipos hacen magia y algunos trampas, para mantenerse en el circo. Y ante este panorama, la puesta en escena de las tradicionales verbenas de verano del club de la capital al presentar todos los años el poderío de una especie de galáctico, parece de más. Así que la respuesta fue sincera, quizás como entrenador del equipo que por estilo, por historia, por recelos y por poderío le cuestionó el protagonismo a la entidad merengue, no debería haber ampliado la respuesta. Pero uno es producto de sus errores y Martino creyó que estaba ante un grupo de amigos y no sabía que el aparato mediático del Madrid no perdona errores ni confianzas.

Así que en el noticiero de deportes de algún canal abierto, una presentadora se encargó de dejar en claro que no iba a anunciar sólo una noticia, sino que iba a participar del escarnio al personaje. Le preguntó porqué no opinaba mejor sobre el gasto del fichaje de Neymar, sobre las declaraciones de renta de Messi o sobre las sospechas de dinero depositado a nombre de Rossell en tierras brasileñas, todo eso en menos de un minuto de mofa o enojo. Al rato los periodistas afines al Madrid dejaban su opinión y todos estaban a la espera de la conferencia de prensa de Carlo Ancelotti, con vistas al partido de liga ante el Granada.

Y el italiano respondió a todos los interrogantes. En realidad, respetando la monotonía y falta de luces periodísticas, solo respondió sobre tres temas, Casillas y su titularidad o falta de ella, por Bale y por las declaraciones del Tata Martino. “Pienso que Martino no lleva mucho tiempo aquí y todavía no comprende cómo funciona el fútbol europeo. No comprende cómo funciona su propio club, el Barcelona que ha comprado jugadores muy importantes pagando dinero. Fueron palabras extrañas”, sentenció. Si bien no debería reprocharse nada en las declaraciones del italiano, es significativo que tenga que salir a responder corporativamente, ya oficia de entrenador y vocero del Madrid.

Muchos felicitaron las declaraciones de Ancelotti. Es un entrenador que cae bien a todo el ambiente del futbol y seguramente no habrá tenido malicia a la hora de responder. Supongo que tampoco la tuvo Martino, pero ya montaron la segunda polémica al rosarino. A la espera del final del partido con el Málaga, todos esperaban ver la reacción del entrenador del Barcelona, y este solo dijo: “Dije lo que dije y no voy para el lado de ninguna confrontación personal ni nada que se le parezca, no me parece que corresponde. Me quedo con lo que dije, no me retracto”, se supone que asunto nuevamente zanjado y otra vez sin necesidad de disculparse, de hablar de fuera de contexto o quedar bien con nadie.

Ancelotti conoce mejor el futbol de Europa. Cuenta con la inestimable ventaja de ser italiano y de haber transitado su carrera de notable jugador y lo mismo sucede con su carrera de técnico. Como entrenador él tiene ventaja sobre Martino. Además de sus dos Copas de Europa con el Milán, el se ha dado el gusto de desarrollar los proyectos de Giorgio Pedraneschi en el Parma, procesado en la quiebra de Parmalat; con Berlusconi en el Milán; con Giovanni Gigli en la Juventus, quién fuera el presidente cuando descendieron a la Juve por asuntos de corrupción; con Román Abramóvich en el Chelsea; con NasserAl-Khelaifi en el PSG y ahora con Don Florentino Pérez en el Real Madrid. A todas luces, don Carlo conoce mejor la operatoria del fútbol europeo que el rosarino, se ha codeado con los más refinados y transparentes dirigentes.

Martino, al no conocer cómo funciona el fútbol europeo, relativiza la necesidad de contar con un central que supere los cuarenta millones de euros. Espera como agua de mayo la reaparición de Puyol y estará atento al desarrollo de algún valor de la cantera para que vaya alternando en la larga temporada que siempre conlleva jugar en Barcelona. El no conocer la idiosincrasia le permite no reparar en la danza de la fortuna y llegado el caso, podrá demostrar que no siempre la chequera es la solución a los problemas. Y hoy Europa necesita esas lecciones, si no funciona la chequera, las ideas se estancan.

Pero corresponde hablar algo de fútbol, para eso escogí a este personaje. Ante la insistencia de la prensa rosarina ante una sucesión de malos resultados, le consultaron en su día a Martino si no tenía pensado un plan B. Los rivales se cerraban, conocían que Newell’s empleaba el toque y el pase como canal para llegar al área contrario, y ante la falta de gol le preguntaban si no consideraba tener un nueve puro o pensar en jugar más largo o tirar más centros. Martino contestó que no tenía un plan B porque sólo quería mejorar el plan A.

Y el Barcelona juega siempre igual, en casa con más presión, casi asfixiante para el rival, pero afuera mantiene la misma idea de presionar y llegar presto al área rival, para convertir y no pasar apuros. “Soy un enamorado de los conceptos del Barcelona, mi deber es recuperar algunas cosas que los muchachos dejaron de hacer”. Martino plantea un regreso al origen más que en pensar en la evolución o en una nueva revolución. Al entrenador siempre le agradaron los equipos que presionan, que salen jugando desde atrás y triangulan haciéndose más anchos que largos y con mucha profundidad matizando tanto el juego interior como exterior. Y otro desafío para el rosarino será encontrarle la vuelta a una venda que se desbandó al final de la temporada anterior que decía que el Barça era el seleccionado que contaba con el refuerzo de Messi; y al lesionarse éste luego de cumplir un record de leyenda, se demostró que en las grandes citas, sin Messi no parece ser un gran seleccionado.

A Martino lo sostendrá el componente de siempre, los resultados. Es de esperar que la prensa no quiera hacerle participe de mas novatadas. De caer nuevamente en la polémica, se encontrarán seguramente ante una educada respuesta que hará más evidente la diferencia de formación de las especies. Y Ancelotti no tendrá que darle nuevas advertencias.  Si coincidieran ambos técnicos fuera de un campo de juego, no es de suponer que Martino presumiera ante el italiano sobre cuál fue la mejor demostración de afecto recibida. Al despedirse de Newell’s los simpatizantes acudieron en masa a la puerta de la casa del Tata para agradecerle y desearle suerte. Lo mismo sucedió con Bielsa, cuando la gente se concentró frente a su puerta para pedirle que regresara al club. Ancelotti acierta al suponer que Martino no conoce a fondo como es la gestión en Europa, pero el Tata lo dejó claro en una de sus primeras intervenciones, anticipando sobre de que irían los futuros debates: “Soy nuevo en la liga de España, no soy nuevo en el fútbol”.

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