lunes, 25 de diciembre de 2023

Disfrutando su noche de paz

"La palabra Dios para mí no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana; la Biblia es una colección honorable, pero primitiva, de leyendas no obstante bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede (para mí) cambiar eso".

Albert Einstein.


A través de una pincelada de recolección de datos, la mezcolanza desconcierta. No por la variedad de dudas, datos o contrapuntos, sino porque a pesar de las numerosas contradicciones del relato, es la historia que mas ha cuajado y arraigado en “nuestro” universo. Existen cuatro mil doscientas religiones en el mundo y son miles de creyentes que adoran a sus propios dioses. Estas religiones también se contradicen entre ellas. El porcentaje de cristianos arrastra a mas del treinta por ciento de la población mundial a creer en Jesús de Nazaret. Cuanto mas se ahonda en su historia, más divergencias arroja. Pero un hermetismo férreo persiste por los siglos de los siglos y sin el pecado original de la duda.


Los expertos en estudios bíblicos le confieren un carácter de leyenda a como viven las navidades los cristianos, católicos, protestantes o evangélicos. Se entiende la necesidad de encriptar una historia para que se cumplieran las profecías según la cual el Mesías pertenecía a la estirpe de David que había nacido en Belén. Una historia condimentada con simbolismos que parece agradar a niños y grandes y repetirla en el tiempo. A nadie importa que Jesús de “Nazaret” haya nacido en “Belén” -a los judíos se los designaba o por el nombre del padre o por el lugar de nacimiento. Jesús debería haberse llamado Jesús de José o Jesús de Belén, algo que no aparece en ningún texto evangélico-, hayan huido sus padres al desierto para evitar que se cumplieran los designios de Herodes que quería matar al niño, y por ende a todos los niños menores de dos años. Ese Herodes, también graficado por los expertos o teólogos que su muerte se registró al menos cinco años antes del nacimiento de Cristo. Es decir que en este bloque, conviven tres inexactitudes que desmoronarían otro tipo de historia. En este caso, vaya a saber porque la potencia afirmativamente.


Si la figura de Cristo existió, nació cinco años antes de Cristo. Datos de registros astronómicos de las antiguas civilizaciones chinas, proponen que un cometa observado durante setenta días en el año V antes de la era común, justificaría la existencia de “la estrella de Belén” que menciona Mateo -quién como discípulo contemporáneo llegó a escribir su evangelio ochenta años después de Cristo- y que guio a los tres reyes magos al lugar de nacimiento de Jesús. Para lo cual, Jesús debió haber nacido entre el 9 de marzo y el 4 de mayo del año cinco AC. Otro dato que arroja confusión es que al nacer, había pastores en la región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Los pastores no sacan al ganado en pleno invierno. Lo poco que sabemos no va más allá de lo que cuentan los evangelios y algunas otras referencias. Y algunos historiadores defienden que no existió un Jesús histórico sino que el personaje surgió de la reinterpretación de otras deidades anteriores, también nacidos de una virgen un veinticinco de diciembre, fecha que era habitualmente fijada por diversas religiones, por su cercanía con el solsticio de invierno.


La leyenda de la Navidad conserva la añoranza del ser humano de detenerse una vez al año para celebrar su humanidad, la vida, para pregonar por la paz, hacer un intervalo para pedir perdón, aunar deseos para ser mejores personas y aceptar a nuestros semejantes. Se trata de un compendio de significados espirituales y humanos que atañen a conceptos simbólicos como la familia, de la felicidad por poder estar juntos. La importancia de la Natividad continúa residiendo en la fuerza de ese simbolismo. El misterio del origen de un personaje esencial y de importancia mundial durante siglos asociado con la fundación de la gran religión monoteísta, el cristianismo, no pudo ser reemplazado por las diversas ideologías que han existido. La misericordia que siembra en su doctrina y a los que sus fieles incurren en pecar y tropezar no por eso, pierde fuerza en sus convicciones. Las contradicciones, tan denunciadas en estos tiempos, son consentidas y acomodados los hechos reales a las eternas discusiones teológicas de cada momento de nuestra existencia. Tal vez la figura de Jesús signifique el ideal de la humanidad, el ansía de que nuestra vida no termine en la tumba y a pesar de que en el nombre del cristianismo se libraron guerras, inquisiciones y exterminios se impongan los sentimientos de vida que superen a los de la muerte y que el hombre esté predestinado a la felicidad y no al dolor. Sobran los motivos para reconocer que la humanidad se ha encargado de devorar dioses. Ernesto Sábato decía que no se puede estar lúcido todo el tiempo. Tal vez estas fechas permitan la distracción sobre los datos recogidos que refutarían la leyenda y seguir destacando a la navidad como esperanza que preserve a cada persona como un ser sagrado y libre...

 




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