martes, 17 de octubre de 2023

Te extraño cuando llega la noche pero te odio de día

 “Escribir es un modo de soñar, y uno tiene que tratar de soñar sinceramente. Uno sabe que todo es falso, pero sin embargo, es cierto para uno”

Jorge Luis Borges


A veces tratamos de interpretar los sueños. Como eternos buscadores de quimeras o símbolos, tantas veces queremos que signifiquen otro tipo de respuestas, como señales o mensajes. Queremos descubrir un secreto, nos aferramos a la oniromancia para que un sueño nos anticipe el futuro. En realidad son solicitudes directas que con análisis pueden tener capacidad de respuesta. Desde el veinte de agosto que no logro escribir en el blog. Bloqueos he tenido bastantes a lo largo del tiempo. Mi estructura me obliga a mantener una regularidad pero mi mente en momentos puntuales parece seca. Dejo pasar los días a la espera de retomar la rutina. Pero en un momento puntual, una noche sueño que debo enfrentar la hoja en blanco y escribir. Ni soñando logré vencer esa resistencia. Y vaya por donde, de esa preocupación al despertar, me encuentro escribiendo sobre esto.


Un sueño puede no tener ni pies ni cabeza pero siempre te dice lo que realmente sabes sobre algo o lo que sientes. Tienen algún tipo de significado, al menos para afinar tu camino o mostrar los asuntos pendientes. Los sueños no se hacen realidad, son simplemente verdaderos. Escribir bien es técnicamente sencillo, lo difícil es tener una historia para contar. Contar una historia es el flujo de un movimiento inesperado donde la incertidumbre, inminencia, sorpresa, angustia, liberación, alegría o tristeza afinan las emociones bloqueadas o reprimidas que nos dan voz. Si lo pensamos, lo mismo pasa con los sueños. Imágenes encadenadas que nos quedan como sucesos por nombrar y esclarecer. Soñar es escribir, escribir es soñar; en ambos casos atrapamos señales o fugaces indicios que nos causa y define como somos.


Soñar es brindar detalles sobre cosas sobre las cuales estás en plena oscuridad. Es por así decir, una obra sublime de la comunicación metafórica. La escritura, por su lado, ocupa un lugar de privilegio entre las técnicas utilizadas para destrabar emociones proporcionando la autoconciencia necesaria para entrar en contacto con los sentimientos y emociones que puedan estar bloqueados o reprimidos. Un blog es la manera de abordar las emociones, un espacio para el pensamiento donde se abren vías de reflexión. A través de la escritura periódica intento recuperar mi voz y autoestima, deshaciendo los nudos emocionales que me atosigan. Escribir parece ser, en este caso, ir hacia atrás como si atrás estuviese adelante.


El sueño no es una situación pasiva, es la base para revelar el subconsciente. Soñar es la previa al despertar. Escribir es despertar sentimientos en forma de pensamientos que comienzan a formar un orden. La introspección esta presente en el sueño y en la escritura. Ambos ejercicios revelan todo aquello que la persona siente pero no reconoce en su plenitud, a través de un lenguaje visual. Cuanto más ignoras un sueño, mas insistente se vuelve. Para no llegar al nivel de recurrente, me siento frente al Word, hago de mí mi propio terapeuta, enfrento el bloqueo y escribo estas escasas dos carillas, pero me permiten volver al ruedo, desenredando parte de la madeja que me paralizaba. La hoja en blanco que me encuentre conmigo mismo, con mis caracteres y mis análisis respaldados de pensamientos. Este instante para mí mismo tal vez permita que esta noche puede regresar al análisis de otros sueños periódicos y recurrentes, retomando la incertidumbre del inconsciente...

 



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