miércoles, 13 de julio de 2022

Imágenes paganas se desnudarán en sueños

No puede haber libertad para una comunidad que carezca de los medios para detectar mentiras”.

Walter Lippmann


Solemos relacionar las “fake news” con el terreno político y sus controversias. Pero estamos inmersos en un proceso constante de percepción de la realidad. “Fake news” fue escogida como palabra del año en 2017 pero su presencia - esencia data de las cavernas, cuando se confundían las sombras con los objetos mismos. En cuanto a la democracia, la crisis actual es producto, entre tantas cosas, de la comunicación. El siglo pasado, Walter Lippmann, periodista e intelectual norteamericano, se anticipó al suponer que el paradigma de la mentira transita en el mensaje. La posverdad que nos obsesiona y tantas menciones recibimos, no dejan de ser razonamientos construidos no tanto sobre hechos verificados sino sobre un clima social cada vez más propagandístico.


La realización de revisiones de la literatura científica permiten confirmar un conocimiento actualizado sobre diversos temas. Procuramos una revisión bibliográfica permanente no solo para acceder al conocimiento sino también, para propiciar la difusión. La investigación parece ser la principal producción científica que proteja sobre las falsas noticias. El mundo debería ser conocido sin abstracciones ni imaginaciones, la fantasía estimula demasiado la sub valoración de la realidad. Y una historia contada muchas veces no es refutada empíricamente, la tradición se encarga de eternizar una situación con un componente de irrealidad manifiesto. El conocimiento empírico son hechos comprobados por la ciencia, pero tantas veces nos aferramos a teorías dejando de lado la experiencia directa.


La fuerza del mensaje icónico radica en el uso de figuras como factor de los significantes. Cualquiera sea la naturaleza de un sistema de expresión, su carácter sémico está ligado a una función que no es solamente la de comunicar. El contenido de un discurso no es algo que se transmite desde la creación mental hasta el papel en forma de discurso. Cualquier mensaje a transmitir no surge espontaneo sino que se pule, se corrige o busca una forma elegante, se deja entrever entre líneas y la contundencia a transmitir se apoya en recursos emocionales. Es que un mensaje puede ser un ideal inalcanzable en la preocupación por ser objetivo o literal. Todo mensaje aloja contenidos no buscados, dirigidos, manipulados y hasta inventados. Valoramos discursos o imágenes que transmitimos en el tiempo como estrictos y literales. La sintaxis de los términos imagen o ícono no advierten de la totalidad del discurso. Es nuestra la intención la de mantener una definición única y psicológica en la imagen. La fotografía no es un registro auténtico, es un clic de una fracción de una materialidad ya que no existe algo que sea copia fiel de la realidad física. La pintura como arte no escapa de confundir una representación parcial de una situación que pueda tener un guion previo o encierre otras intenciones en su intento de plasmar belleza y transmitir cultura. El paradigma sigue siendo la terquedad por unificar un mismo mensaje, una única -y cristalina- intención en lo que se transmite, se dice o se cree.


En el año 1632, Rembrandt Harmenszoon van Rijn, más conocido como Rembrandt, realizó a la edad de veintiséis años su primer retrato grupal, considerado como una de las mejores pinturas de retratos de la historia, ya que resalta la “fugacidad general de la vida terrenal”. “La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” expresa la fascinación e interés de los concurrentes a una disección a un cadáver al tiempo que registra el miedo y ansiedad por descubrir los misterios del cuerpo. Al observar las miradas de los concurrentes en el lienzo, la mayoría no se posa sobre la explicación o accionar del Dr. Tulp sobre el cuerpo diseccionado sino que observan con preocupación el atlas que reposa a los pies del cadáver. El encargo del lienzo, realizado por el Dr. Tulp a través del Gremio de cirujanos de Ámsterdam, seguramente iba dirigido a que todas las miradas se centraran en su pericia al accionar. Tal vez la interpretación del pintor barroco era dejar, además, una “mirada” sobre la necesidad y fascinación constante por la confirmación empírica escrita antes que la demostración natural. La genialidad del pintor nace de una excelente meditación personal y exquisita cultura. El Dr. Tulp se desentiende de la persona sobre la que actúa, su mirada se posa en un horizonte que puede representar la inmortalidad de su acto o la inclusión de otros observadores en la pintura, aquellos invitados o espontáneos sentados en el anfiteatro que rodea la mesa de disección.


El cadáver en el centro de la escena como una cuña entre los cuerpos vivientes. La vida por encima de la muerte aunque sea la muerte el dilema central nunca resuelto mientras se viva. La luz generada por Rembrandt proviene del cadáver, lo que contrasta con la uniformidad de sombras como fondo. La luz no da respuestas, nos debemos apoyar en la demostración histriónica -con su mirada perdida por el clímax de su representación- y enciclopédica del Dr. Tulp pero más en la palabra escrita encapsulada tal vez del best seller anatómico del momento, “De humanis corporis fabrica” de Andreas Vesalio. La ciencia como una religión impulsa al catedrático a dar una clase sin mirar un papel o un libro mientras que los observadores ante la fascinación de la duda, se apoyan en el material empírico a mano, tal vez para poder discernir si lo que dice el Dr. Tulp es correcto. La medicina en esa nueva época se debía apoyar constantemente en la teoría y en la práctica.


El trasfondo del retrato obliga a aclarar que se trataba de un encargo. Por ende, la mayoría de esos siete observadores representarán a personas que han contribuido económicamente a condición de aparecer en el lienzo, demostración contundente en la época de la necesidad del alcance de un estatus social. Le correspondía al Gremio de cirujanos de Ámsterdam el organizar y llevar a cabo el “espectáculo” anatómico. Procedimiento anual -realizado generalmente en invierno para el mejor mantenimiento del cadáver- que necesitaba del poder social para estrechar relaciones con magnates, mecenas o comerciantes y mantenerse en el centro del poder médico y político ante nuevas reelecciones. El Dr. Tulp además de médico cirujano era un político de larga trayectoria en la comunidad: tesorero, juez de paz, concejal y alcalde en varias oportunidades. Tal vez de ahí se puede entender su omnipotencia -en el mirar y vestir- por preservar su intervención -técnica del escorzo- por sobre el misterio al que se invita presenciar: los secretos ante la muerte.


Por eso, no todos los presentes en la pintura ven lo mismo. Pero parece que este lienzo icónico representa universalmente el accionar científico en la medicina. El Dr. Tulp tal vez supuso que el retrato debía representar pura fascinación, pero Rembrandt tradujo esa combinación de atracción y horror que envolvía a aquellas lecciones de anatomía. La raíz etimológica de la palabra doctor, proviene de “therapeuo” encargado de cuidar al enfermo como servidor. Pero el Dr. Tulp parece sentir fascinación y esmero por su representación mas que por cuidar del enfermo. Y para más inri en este arte de esta imagen icónica es que el cadáver escogido no provino de una muerte por enfermedad, sino que había sido ahorcado esa misma mañana al ser condenado por robo a mano armada y sentenciado a la horca.


El reo, Aris Kindt, desconocía que iba a convertirse en parte de un ícono, de un mensaje que intenta reafirmar que el conocimiento científico avanzaba hacia un nuevo tipo de medicina positivista. Rembrandt cometió supuestos errores de dimensión en la reproducción del miembro diseccionado -el brazo izquierdo- pero ante el encargo que confirmó su calidad de talento promisorio, también dejó su impronta para el "fake news" que nos gobierna, incluida mi interpretación que puede ser errada, exagerada o fantasiosa, en síntesis, otro alimentador de falsas noticias. Tal vez Rembrandt se preguntó por la utopía de la completa visibilidad de las dimensiones psico-socio-cultural de la muerte, enfermedad o repulsa. Una disección suele comenzar por el abdomen y en este caso el cuerpo comienza a ser observado por el corte en un brazo, puede que como símbolo metafórico de una persona que roba -de ahí la posible desproporción en la pintura de ese miembro por sobre el resto- o un llamado de atención a una precisión equivoca de Andreas Vesalio. Las diversas interpretaciones siempre se quedarán en conjeturas, la necesidad de clasificar y mitificar todo sigue presentando este retrato grupal como uno de los exponentes mas depurados y perfectos de todos los tiempos de la pintura en su formato de grupo más que un abrumador razonamiento sobre hechos verificados del espíritu humano y arrasados por mensajes simbólicos y emocionales que disfrazan nuestra imperfecta condición humana….

 



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