Se trata de la mejor serie
con diferencia. Comenzó en 2007 y pasó
de ser una emisión de baja audiencia a un fenómeno mediático, avalada por la
crítica, respaldada por los premios, comentada a todas horas en los distintos
blogs, y en distintos foros se
especializan en analizar el comportamiento de cada uno de sus integrantes. Para
muchos, la serie ideada por Matthew Weiner es un ícono, una serie de culto. Mad
Men nos muestra desde el primer capítulo adulterio, hijos ocultos y despreciados, falsas
identidades, amores frustrados, soledades, vicios, excesos, marketing,
publicidad, patriotismo, sensación de vacío permanente, ambición e intriga. Con
una enumeración así todo indica que se está promocionando uno de los tantos
proyectos televisivos. Pero la serie no responde como una telenovela al uso.
Mad Men nos encandila al mostrarnos como algo natural el doble rasero que
oprime a cada ser humano, más simple si cabe: todas y tantas contradicciones
que nos habitan.