Se
fue Marcelo y llegó Gerardo. Esto podría ser una rápida reseña pero creo que es
algo más, una continuidad de una relación. Ambos personajes, vinculados a la
historia de Newell’s, vinculados a la dirección técnica en selecciones
sudamericanas que compitieron con buenos resultados en el mundial de Sudáfrica
y ahora, gracias al arribo del Tata al Barça, ambos podrán un día cotejar sus
experiencias europeas.
Marcelo
Bielsa de momento está a la espera de un nuevo desafío. Es de esperar que no
tarde demasiado en embarcarse en su interminable cruzada y que algún día
aterrice en un futbol argentino normalizado. Según una nota de Cancha llena,
suplemento deportivo del diario La Nación, algún dirigente de Racing Club se
contactó por medio de Claudio Vivas, según consigna el sitio TyC Sports para
ofrecerle la dirección técnica de la Academia. El loco, una vez enterado de la
llamada, habría descartado la propuesta de inmediato con una reflexión a su
estilo: “Discúlpeme, ¿de qué proyecto me habla si hoy echó al entrenador en la
cuarta fecha? Buenas tardes”. La noticia podría ser cierta, la respuesta es pura
cepa Bielsa.
Gerardo
Martino llegó a un equipo que estaba en estado de shock, luego del repentino
anuncio de la retirada de Tito Vilanova. Tras sortear un año difícil,
siempre pendientes del estado de salud del primer entrenador, que fue el
segundo de Guardiola (el dueño del ciclo más trascendente del futbol del Barça
y quizás del futbol mundial), parecía que la segunda temporada de Tito iba a
estar signada por la tranquilidad, aunque algunos temían el tan necesario
recambio de una generación sublime. Pero Tito se presentó a conferencia de
prensa, se despidió de todos y Zubizarreta tuvo que resolver en tiempo record
el sucesor para un plantel que ya estaba de pretemporada.
La
renuncia de Vilanova frustró a todo aquel que ansiaba conocer el verdadero
potencial del de Gerona. Entrenador centrado, cercano a los jugadores e
importante a la hora de desarrollar las tácticas, en el primer año no se pudo
apreciar su calificación, el único rasgo que muchos destacaron fue su capacidad
para realizar modificaciones y revertir tácticas rivales que ponían en aprietos
al Barcelona y hacer mas vertical el juego del equipo resignando la presión
como principal argumento. En la misma semana que se profundizó la grieta en la
relación entre Guardiola y Vilanova, Tito en una actitud sincera, reconoció que
la enfermedad continuaba y que él no podía compatibilizar la dirección técnica
con el nuevo tratamiento. De paso, quedó la sensación de que Guardiola quedaba
muy mal parado en ese clima bélico que cada tanto regala la institución
catalana.
La
continuidad de can barça estaba en juego. Luis Enrique parecía ser el candidato
de todos, ya que la temporada estaba casi diagramada para todo el panorama del
futbol mundial, y entrenadores como Michael Laudrup, alguno de los Koeman o
Frank de Boer u Oscar García estaban ya con equipo y contrato firmado, a
diferencia del asturiano que el Celta aun no había ingresado el contrato a la
Federación. Joan Francesc Ferrer “Rubi” se barajó como opción pero para todos
podría tratarse más como una opción de emergencia pero nunca para toda la
temporada. El entrenador que pasó a
formar parte del staff técnico en el verano y que llegaba desde Girona como
asistente, es una opción de futuro, pero era adelantarlo demasiado. Lo mismo se
pensó de Luis Carreras de buena campaña en el Sabadell y luego de mencionar
tímidamente a Eusebio Sacristán, todos coincidieron que la continuidad de la masía
iba a ser difícil.
El
último de la lista, paso rápidamente a ser el segundo, y luego de unas horas
tomó fuerza que iba a ser el primero, por no decir la única opción, en la que
se concentró Zubi. Gerardo Martino terminaba su ciclo en Newell´s, revitalizó
el equipo en base a premisas serias, a jugadores de inferiores y la vuelta de “leprosos”
consustanciados con la institución y se alzó con el Torneo Final de Argentina a
la vez que caía en semifinales de la Copa Libertadores ante el Atlético Mineiro
de un ex culé, Ronaldinho, a la postre ganador del torneo. No era la primera
vez que sonaba el nombre del Tata en la Liga, la Real Sociedad lo habría
sondeado, el Málaga lo quería para reemplazar a Pellegrini y alguna vez, los
diarios afines a la casa blanca lo había mencionado en el caso de que no
lograrán el éxito en la operación típica de acoso derribo del club merengue
para lograr el concurso de Ancelotti.
Y
la gente no lo conocía. Pero eso no es problema, algunos aficionados y la
mayoría de los reporteros de este continente no suelen conocer lo que circula a
más de veinte centímetros de sus ombligos. Y cuando el talonario hace su
aparición, las partes hacen un curso acelerado y se convierten en Neymarfolos y
en estos dos meses hemos visto como se hizo el graduado para ser balexpertos. Sigue
vigente una desafortunada frase de Rafa Benítez cuando desató su furia contra
la secretaría técnica del Valencia (otro de los clubes que solo sabe lo que es
vivir en paz un año de cada decenio) y lanzó la frase “Yo pedí una lámpara y me
trajeron un sofá”. El sofá era el uruguayo Canobbio y quizás también el
brasileño Oliveira. La eterna mirada hacia los futbolistas sudamericanos
siempre estuvo rodeada de éxitos pero también de tópicos que para muchos de
nosotros era viveza, pero no criolla. Abarataban el precio del jugador porque
no se sabía si sería posible su rápida adaptación al tan mentado futbol
europeo. Con ese “temor” han esquilmado a bajo coste a clubes y cuando ya fue
imposible luego de la ley Bosman, apareció otra faceta europea, desconocer de qué
material están hechos muchos de los players latinos, los supuestos de segunda
línea.
Algunos
periodistas, como hicieron con Bielsa hace dos años, se jactaron con deje de
superioridad de confesar que ignoraban todo acerca de Martino; la jactancia no
era por la propia ignorancia, sino porque eso demostraba que el personaje apenas
existía. Para ellos la novedad es que le decían Tata, que se asociaba en algo
con Tito. Como si el arte de la información no pasara por informarse, mostraron
su ignorancia en el estado más bruto. Se olvidaron que cuando Guardiola perdió
en Soria ante el Numancia y empató en el camp nou ante el Racing de Santander
muchos gritaban que Pep no lucía galones para ser entrenador del Barça; y que
cuando Tito aceptó el desafío solo había sido ayudante de campo. Mientras
tanto, el tata desconocido puso en aprietos con Paraguay la marcha de España
hacia el mundial y al final del partido, confesó con esta misma sinceridad, que
su equipo había tenido mucho culo.
Y
volvemos por un segundo a Marcelo Bielsa. El “loco” no habrá sido entrenador
del Barça porque la complejidad del personaje habrá asustado a más de uno. En
las listas figuraba y la mayoría recordará la paranoia desatada el pasado
invierno cuando el entrenador compartió cena con Valdano y Zubizarreta en
Bilbao, crecieron los rumores que se lo robarían al Athletic. Bielsa fue como
un oasis para muchos argentinos que vivimos fuera de casa. Bielsa prefirió el
silencio ante la cantidad de interrogantes que despertaba su llegada al
Athletic. Muchos no lo conocían, si hasta creían que era chileno de origen. Y
él con su trabajo y fundamentalmente con sus convicciones, supo manejar a una
prensa que siempre busca la nota de la polémica y las ansiedades de una afición
que terminó idolatrándolo. Para mi caso personal, Bielsa fue una especie de
reivindicación, a veces tenemos la sospecha que debemos demostrar nuestras
capacidades en tierra ajena, y Bielsa no solo lo hizo sino que empleó un don de
gente que dejó opacado a más de uno y con ganas de estudiar relaciones
internacionales. Y respondió a las sugerencias de "sólo aquí se trabaja en serio"
con más y más trabajo, a un ritmo que solo sus colaboradores pudieron sostenerlo.
Quizás
por eso nos ponemos en guardia con el Tata Martino. Este es mas elástico que su
maestro, no magnetiza tanto, ya se sabe que los locos suelen asustar a muchos
cuerdos y es posible que Martino, sea víctima de la prensa, de una facción o la otra. Cuando en su despedida de la
prensa de Rosario dijo estar convencido que su compatriota Messi habría
incidido a favor de su contratación, no podía imaginar que esas palabras
causarían revuelo en la prensa española. Y hubo dos cosas raras, el revuelo
siempre sale desde Madrid, y segundo, es quién podría no pensar que la opinión
de Messi o el entorno no hubieran apoyado la contratación de Martino. Pasado
unos días y ya en contacto con los medios catalanes y nacionales, Martino
explicó el asunto con naturalidad, sin necesidad de excusas o culpando al
mensajero. “Presuponía que habían consultado a Messi mi fichaje, pero parece
que no es cierto”. Y asunto zanjado, a lo Bielsa o a lo Martino y el periodismo
conforme.
Pero
la prensa siempre pregunta, y casi nunca hace preguntas interesantes. Pero de
esa monotonía de la mediocridad surge cada tanto algún mal momento y en la
habitual consulta en Barcelona de lo que haga o hace el Real Madrid, Martino
ante un interrogante inglés decidió ampliar su respuesta de cortesía hacia el
jugador galés Bale diciendo que el dinero que se movía a través del pase del
jugador le parecía una falta de respeto al mundo en general. La respuesta no es
sublime, es algo que a todos nos parece de sentido común, mas revisando los
datos de este país que atraviesa un momento tan complicado y donde las
instituciones están sospechadas o quebradas y los distintos equipos hacen magia
y algunos trampas, para mantenerse en el circo. Y ante este panorama, la puesta
en escena de las tradicionales verbenas de verano del club de la capital al presentar
todos los años el poderío de una especie de galáctico, parece de más. Así que
la respuesta fue sincera, quizás como entrenador del equipo que por estilo, por
historia, por recelos y por poderío le cuestionó el protagonismo a la entidad
merengue, no debería haber ampliado la respuesta. Pero uno es producto de sus
errores y Martino creyó que estaba ante un grupo de amigos y no sabía que el
aparato mediático del Madrid no perdona errores ni confianzas.
Así
que en el noticiero de deportes de algún canal abierto, una presentadora se
encargó de dejar en claro que no iba a anunciar sólo una noticia, sino que iba
a participar del escarnio al personaje. Le preguntó porqué no opinaba mejor
sobre el gasto del fichaje de Neymar, sobre las declaraciones de renta de Messi
o sobre las sospechas de dinero depositado a nombre de Rossell en tierras
brasileñas, todo eso en menos de un minuto de mofa o enojo. Al rato los
periodistas afines al Madrid dejaban su opinión y todos estaban a la espera de
la conferencia de prensa de Carlo Ancelotti, con vistas al partido de liga ante
el Granada.
Y
el italiano respondió a todos los interrogantes. En realidad, respetando la
monotonía y falta de luces periodísticas, solo respondió sobre tres temas,
Casillas y su titularidad o falta de ella, por Bale y por las declaraciones del
Tata Martino. “Pienso que Martino no lleva mucho tiempo aquí y todavía no
comprende cómo funciona el fútbol europeo. No comprende cómo funciona su propio
club, el Barcelona que ha comprado jugadores muy importantes pagando dinero.
Fueron palabras extrañas”, sentenció. Si bien no debería reprocharse nada en
las declaraciones del italiano, es significativo que tenga que salir a
responder corporativamente, ya oficia de entrenador y vocero del Madrid.
Muchos
felicitaron las declaraciones de Ancelotti. Es un entrenador que cae bien a
todo el ambiente del futbol y seguramente no habrá tenido malicia a la hora de
responder. Supongo que tampoco la tuvo Martino, pero ya montaron la segunda
polémica al rosarino. A la espera del final del partido con el Málaga, todos
esperaban ver la reacción del entrenador del Barcelona, y este solo dijo: “Dije
lo que dije y no voy para el lado de ninguna confrontación personal ni nada que
se le parezca, no me parece que corresponde. Me quedo con lo que dije, no me
retracto”, se supone que asunto nuevamente zanjado y otra vez sin necesidad de
disculparse, de hablar de fuera de contexto o quedar bien con nadie.
Ancelotti
conoce mejor el futbol de Europa. Cuenta con la inestimable ventaja de ser
italiano y de haber transitado su carrera de notable jugador y lo mismo sucede
con su carrera de técnico. Como entrenador él tiene ventaja sobre Martino.
Además de sus dos Copas de Europa con el Milán, el se ha dado el gusto de desarrollar
los proyectos de Giorgio Pedraneschi en el Parma, procesado en la quiebra de
Parmalat; con Berlusconi en el Milán; con Giovanni Gigli en la Juventus, quién
fuera el presidente cuando descendieron a la Juve por asuntos de corrupción;
con Román Abramóvich en el Chelsea; con NasserAl-Khelaifi en el PSG y ahora con
Don Florentino Pérez en el Real Madrid. A todas luces, don Carlo conoce mejor
la operatoria del fútbol europeo que el rosarino, se ha codeado con los más
refinados y transparentes dirigentes.
Martino,
al no conocer cómo funciona el fútbol europeo, relativiza la necesidad de
contar con un central que supere los cuarenta millones de euros. Espera como
agua de mayo la reaparición de Puyol y estará atento al desarrollo de algún valor
de la cantera para que vaya alternando en la larga temporada que siempre
conlleva jugar en Barcelona. El no conocer la idiosincrasia le permite no
reparar en la danza de la fortuna y llegado el caso, podrá demostrar que no
siempre la chequera es la solución a los problemas. Y hoy Europa necesita esas
lecciones, si no funciona la chequera, las ideas se estancan.
Pero
corresponde hablar algo de fútbol, para eso escogí a este personaje. Ante la
insistencia de la prensa rosarina ante una sucesión de malos resultados, le
consultaron en su día a Martino si no tenía pensado un plan B. Los rivales se
cerraban, conocían que Newell’s empleaba el toque y el pase como canal para
llegar al área contrario, y ante la falta de gol le preguntaban si no
consideraba tener un nueve puro o pensar en jugar más largo o tirar más
centros. Martino contestó que no tenía un plan B porque sólo quería mejorar el
plan A.
Y
el Barcelona juega siempre igual, en casa con más presión, casi asfixiante para
el rival, pero afuera mantiene la misma idea de presionar y llegar presto al
área rival, para convertir y no pasar apuros. “Soy un enamorado de los
conceptos del Barcelona, mi deber es recuperar algunas cosas que los muchachos
dejaron de hacer”. Martino plantea un regreso al origen más que en pensar en la
evolución o en una nueva revolución. Al entrenador siempre le agradaron los
equipos que presionan, que salen jugando desde atrás y triangulan haciéndose
más anchos que largos y con mucha profundidad matizando tanto el juego interior
como exterior. Y otro desafío para el rosarino será encontrarle la vuelta a una
venda que se desbandó al final de la temporada anterior que decía que el Barça
era el seleccionado que contaba con el refuerzo de Messi; y al lesionarse éste
luego de cumplir un record de leyenda, se demostró que en las grandes citas,
sin Messi no parece ser un gran seleccionado.
A Martino lo sostendrá el componente de siempre, los resultados. Es de esperar que la prensa no quiera hacerle participe de mas novatadas. De caer nuevamente en la polémica, se encontrarán seguramente ante una educada respuesta que hará más evidente la diferencia de formación de las especies. Y Ancelotti no tendrá que darle nuevas advertencias. Si coincidieran ambos
técnicos fuera de un campo de juego, no es de suponer que Martino presumiera ante el
italiano sobre cuál fue la mejor demostración de afecto recibida. Al despedirse
de Newell’s los simpatizantes acudieron en masa a la puerta de la casa del Tata
para agradecerle y desearle suerte. Lo mismo sucedió con Bielsa, cuando la
gente se concentró frente a su puerta para pedirle que regresara al club. Ancelotti
acierta al suponer que Martino no conoce a fondo como es la gestión en Europa,
pero el Tata lo dejó claro en una de sus primeras intervenciones, anticipando
sobre de que irían los futuros debates: “Soy nuevo en la liga de España, no soy
nuevo en el fútbol”.
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