Con la irrupción del
Estado en la difusión del fútbol en Argentina, el léxico que salvo excepciones,
ya era bastante pobre y mezquino, se pobló de frases o jingles, que algunos
creen que representan una actualidad, cambio a mejor o reivindicación popular y
para muchos otros, una manera creativa de disfrazar la inoperancia y
decadencia.
El futbol es para todos,
lo liberaron. En realidad parece que cambio de manos de productoras o
comercializadoras pero continúa siendo tierra de nadie, o de los delincuentes.
Nadie los conoce, pero están en todos los estadios, en los alrededores
manejando el estacionamiento, en la reventa de entradas, en los puestos de
comida, en las peñas, en los quinchos, en los mítines políticos, y lo que es
peor en las plantillas con nómina de las diversas municipalidades.
Nadie los conoce, nadie
los frecuenta, nadie los vio jamás, las cámaras justo en el momento de
cualquier incidente estaban mirando para el otro lado o apagadas y todas las
partes de la sociedad se asombran ante cada capítulo semanal, ante una nueva
suspensión, ante el escaso valor que creemos que tiene la vida.
Regresó el “relator del
pueblo”, no alcanzaba con su épica y legado en los noventa. Debía regresar
imagino porque la gente le va a entender enseguida, lo burdo es religión y lo
obsceno, sensual de la mano del personaje. De paso, en el entretiempo (eso me
lo dicen porque el futbol en España llega sin “propaganda”) cambia el registro
de lo soez para dar paso al proselitismo.
Ahora no adicionamos
minutos al final de cada tiempo. Hace un par de años que los minutos se “recuperan”.
Recuperamos un minuto promedio en los primeros actos, y tres o cuatro al borde
de los noventa. Solo recuperamos minutos, porque vidas seguimos en el espiral
de la pérdida. Doce en 2012 (podría ser otro jingle) y por ahora con solo el
Final disputado vamos por cinco. El último muerto fue del simpatizante de Lanús
que murió por enfrentamientos con la policía en las afueras del estadio en el
partido ante Estudiantes. Y la decisión
se supone que es temporal ante la cercanía del final del torneo, es jugar lo
que resta sin público visitante. La lógica en todo esto está en que el que murió
no era de los locales, por eso ellos pueden seguir concurriendo. Y lo de
provisorio es suavizante, todo es provisorio en estos momentos.
También se modificó el
concepto para las jugadas polémicas. Se reemplazó por la valoración de jugadas
discutidas. No afecta o empeora el cambio de definición, solo llama la atención
a que se puede hoy referir con discusión. Da la sensación que es un país que no
discute, solo se está enfrentado, se insulta. No se intercambian conceptos o
ideas, solo se contesta con agresividad o con exabruptos. Unos están a la
espera de los otros para caerles con rigor, para defenestrar los conceptos y
muchos recurren al archivo para desenmascarar la doble vida de estos “Bond” que
parecen ser los argentinos.
Los que nos relatan y
comentan la fiesta del futbol en el Estado parecen ser los mismos que tenían
secuestrado al gol hasta hace unos años. También se tiene ese parecer cuando
los que dirigen las instituciones se asemejan a los del anterior decenio, a
aquel que quedara inmortalizado como perdido. Los dirigentes son los mismos,
resistieron estoicamente las dictaduras y vieron su recompensa transitando
toda, toda la democracia obtenida. La violencia eso sí, ha cambiado. Mutó la
capacidad de asombro, de manera que a veces no hay asombro, se convive con lo
irracional de manera que nos permite suponer que hace tiempo que la razón ha
abandonado la convivencia.
Descendieron River e
Independiente. En ambos descensos se buscó paralelismo con la realidad del
país. En la época de River, la violencia verbal y física, la división en el
club ante el manejo corrupto, negociados y muertes. Y en el desenlace, la agresión
en el campo cordobés a sus propios
jugadores, la intimidación en el vestuario arbitral, y como corolario la
barbarie y los destrozos ante la patota y todo esto sin decisiones visibles.
Solo el descenso de River y un par de partidos jugados de local en Huracán como
sanción.
Con Independiente se
presagiaba lo mismo. Quizás fue una muerte tan anunciada que el desenlace los
encontró sin fuerzas. Lloraron y se resignaron a descender intentando
aprovechar la experiencia de River para aprender los errores. Esta actitud
invita a pensar que hay un nuevo país que enfrenta la adversidad poniendo la
cara, reconociendo los errores y limitaciones y esperando la pronta
reconstrucción amparado en un trabajo dispuesto a planificar. Pero muchos
sabemos que esos escenarios son muchas veces fruto de nuestra necesidad de
cambio. Pero por ahora podemos suponer que no todo es marginal en nuestras
expresiones colectivas.
El folklore del futbol
continúa vigente. La gente de Racing festeja sin reservas el descenso del rojo,
se pasean en ataúd dentro del cilindro de Avellaneda. Se suele enfrentar a
varios cacheos para ingresar a los estadios donde hasta el cinturón es objeto
de sospecha, pero un sarcófago aunque sea de cartón, no incentiva la violencia.
El club para aportar su cuota de imaginación aporta el sonido para que la burla
se convierta en humillación. Unas semanas antes festejaron, alentaron y hasta
gestaron una derrota con Quilmes, porque en ese momento se suponía que los
cerveceros eran los rivales del rojo. Los carteles, los videos y el tan
solicitado fantasma de la B se pasea en internet o periódicos. Es de suponer
que los rojos también habrán sido portadores de esa soberbia que nos hace
irresistibles, pero parece desmedido el apetito de la venganza. Cualquier símil
con el país es pura coincidencia.
Gerardo Martino sale
campeón con Newells y parece que se va, no quiere seguir dirigiendo en este
sistema de vida. Retomando las similitudes, Marcelo Bielsa hizo lo mismo con la
selección luego de ganada la medalla dorada en Atenas. José Pekerman trabaja
con Colombia. El cholo Simeone le devolvió la mística a su vida y a la historia
del Aleti, pero en nuestro país se le cuestionaba el dominio de su matrimonio o
vida privada. Y muchos otros técnicos
capaces optan por otros horizontes donde intentar desarrollar proyectos. Un
jugador de Lanús acusó a Martino de hablar demasiado, amparándose en lo bien
que lo suele hacer porque presume de ser persona educada. Y el último código
que le recuerda es que no se debe hablar mal del que le da de comer. Se puede comparar
esta última referencia con esa máxima que ronda el ambiente de que el que
critica por algún motivo deba ser un mercenario pago de algún monopolio.
Más de diez años me
separan de la actualidad del futbol argentino. Lo que suelo ver a través de
Roja Directa no guarda gran parecido con mi pasado futbolero, se juega mal,
nervioso, con poca táctica y casi nada de técnica, se ofrece un producto casi
histérico y sin respeto por la esencia, por el rival y confundiendo ese
componente de macho que suponía arrastrar un player, por una mala praxis que
debilita el concepto de varonil. Por otro lado, me costó acostumbrarme a otra
idiosincrasia, a otra manera de ver este deporte. Es el día de hoy que me saca
de quicio lo soso e insustancial que son los cánticos en el fútbol español. Las
pocas canciones ingeniosas provienen del plagio sin derechos pagos al
cancionero argento y que solo es made in Spain el “a por ellos oé”, o “el sí se puede”, o “cholo, cholo, cholo, cholo Simeone”. Pero
cambian lo tontos que parecen ser para exteriorizar sus emociones y fidelidad
futbolera, por el trascendental gesto de volver todos los domingos a sus casas,
sanos y salvos, con unos potes de más pero sin heridas ni trofeos.
En diecinueve fechas del
torneo se define el campeón, los clasificados para la Copa Sudamericana, los
tres descensos y el destino de varios entrenadores. Pero el futbol argentino
propone más aun. Suspendidos los partidos entre Velez-All Boys y Estudiantes
LP-Lanús en la misma jornada. Apuñalaron a hinchas de River durante el partido
con Argentinos Juniors. Atacaron la sede
de Racing tras la derrota con Quilmes. Detuvieron a 51 hinchas de Boca por el
caso Mazzaro, declararon directivos del club, incluido su presidente. El
arquero de San Lorenzo fue detenido, la causa sería la de encubrir a un barra
brava de Boca. Tiros entre barras de Quilmes. Los barras de Huracán golpearon y
asaltaron a sus jugadores, el entrenador renunció. Dos heridos de bala en la previa de River y
Velez. Un hincha de Newells fue baleado por otro de Rosario. La barra de
Rosario generó destrozos en las Termas de Rio Hondo. Peleas y disparos entre
barras de Estudiantes en la sede del club. Quemaron tres coches en el estacionamiento
de Boca. Batalla campal entre barras de River y Colon en la Avenida General
Paz. Un apuñalado en la interna de Boca. Dos heridos de bala por enfrentamiento
entre barras de Morón y Huracán. Incidentes en el partido Newells y Belgrano, la
policía agrede a los jugadores visitantes. Unión – Quilmes estuvo suspendido
por serios incidentes en las tribunas. No se pudo jugar un Newells-Rosario
“amistoso”. Incidentes en un crucero de placer entre barras bravas de Racing.
Todo esto en un plazo de seis meses, la verdadera tierra de las oportunidades.
El tiempo no se suele
recuperar. Un añadido es un nuevo tiempo para compensar algo perdido. El tiempo
que se pierde, se fue, se perdió y lo que es peor, sirvió para mal acostumbrar
al que quiere solo delinquir. Las frases ingeniosas no suelen remediar los
vicios, solo los maquillan. Mientras nosotros, los supuestos habitantes
inofensivos de la sociedad, nos enfrentamos y alineamos detrás de algún
dirigente político que desde su base, estará sospechado de enriquecimiento
ilícito. Eso ya no importa, basta que me hable de justicia, de tiempo de
cambio, de gesta, de heroísmo, de compromiso militante para que nos convirtamos
en sus cómplices, para que nos peleemos con el que conocemos de siempre, para
que humillemos al que eligió defender otra camiseta, para que sigamos
concurriendo a los estadios y superemos varios cacheos, para que el barrio sea
zona tomada, para que un helicóptero nos vigile durante el espectáculo, para
salir media hora después de terminado porque no podemos convivir con el que
siente distinto, para que no podamos compartir un espacio cercano siquiera en
una platea. Para muchos será un tiempo ganado, en este torneo final hay cinco
estadísticas más que aceleran la llegada a las trescientas víctimas, todas sin
la posibilidad de poder discernir si es mejor un “a por ellos” o la eterna
viveza criolla.
según me dijiste el otro día, vos hablas de futbol para hablar de otras cosas....Definitivamente.
ResponderEliminarTe quiero mostrar la columna de hoy de Alejandro Borenztein, que como todos los domingos es sublime. Pero no sé como hacer para linkeartela acá asi que te la voy a compartir por facebook, creo que la vas a disfrutar, yo me muero de risa (con ganas de llorar)
Desde el año pasado leo todos los domingos a Borenztein porque vos me lo dijiste. Llevaba años sin entrar a Clarin, casi te diria que ocho años, pero los domingos leo su columna. Ese sentido del humor es increible, porque uno se rei cuando en realidad debería llorar. Es muy bueno... Beso y gracias por el comentario en el otro blog, me emociono en serio
ResponderEliminarno recordaba habertelo comentado antes lo de Borenztein, pero no me sorprende, hay tantas cosas que no recuerdo... tampoco me sorprende que lo haya hecho porque soy fanática suya, lo único que le cuestiono es la esposa pero bueh! en eso no me meto (Viviana Canosa por si no sabías)
Eliminarbeso a vos. Todo lo que te digo es absolutamente cierto y sentido