“La vida no es la que uno vivió, sino
la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Gabriel García Márquez.
La escritura y la lectura son actos
solitarios donde predomina el placer y la liberación de la imaginación, porque
nos permite escapar de cualquier realidad durante el tiempo que decidimos leer
o escribir. El escritor es un libro abierto que clama por un marcapáginas que
logre estabilizar su actualidad permitiendo vivir otras vidas en otros
escenarios, en otros tiempos. Somos lo que leemos y la escritura precede
siempre de una puerta abierta que supimos entornar. Si bien mi escritura no es
tan profunda como la de un erudito o filólogo, considero que soy una puerta o
camino hacia la búsqueda de la profundidad. Y ese pensamiento me disparó un
lindo recuerdo de la infancia.