Hace poco más de dos años ha
cambiado mi manera de leer los periódicos. Me baso en algunos titulares para
mantenerme informado, pero son esas noticias atemporales, pero tan vigentes las
que me movilizan a entrar en la nota y leer. El día a día de distracción sin
contenido lo paso por alto. Lo que hizo tal, lo que negó el otro, lo policial
que no tiene más explicación que el morbo que la prensa escoge para atraer y el
público necesita para evadirse, no lo leo. Sólo busco esa noticia, que a veces
tarda en llegar, pero cuando aparece, es una posible entrada en el blog.
Luego viene la parte de informarme.
Buscar contenidos semejantes en la red, de esa nota que me llamó tanto la
atención. Como curiosidad, muchas veces una frase mínima perdida en una larga
parrafada, modifica todos mis esquemas. La copio en Google y ahí se genera un
nuevo mundo, una nota con mayor contenido que la que creía tener. Entonces
genero un nuevo documento con toda la información que una simple frase me
inspiró. En ese momento siento que por fin, estoy cumpliendo un afán que se
instaló en mi desde muy joven, que vinculaba mis lecturas y percepción en algo
similar a un periodismo de investigación.
Pero a la investigación le agregué
lo filosófico. No recuerdo en qué momento comencé a cuestionar o razonar lo que
leía, escuchaba o vivía. Pero en esa percepción personal creo que descansa el
talento -si lo tengo- de sentarme frente al ordenador y escribir al vacío.
Muchas veces pienso que las cosas se pueden cambiar, porque si se razonan, la
transformación es posible y rentable. Pero me suelo dar de bruces cuando veo
que la posición más cómoda es vivir eternamente reclamando un cambio, para
individualmente no hacer nada. Pero sigo escribiendo, y hoy llego a mi entrada
numero doscientos.
Me cuesta creer que mantenga las
ganas de sentarme una o dos veces a la semana a seguir escribiendo. A veces a
uno le persigue una motivación, pero luego la dinámica de la vida hace que se
convierta en una actividad pasajera, sin continuidad. Como ir y dejar el
gimnasio, como aquellos que se procuran cada tanto el dejar por fin de fumar.
Como aquel lunes que nunca llega a la hora de programar la dieta definitiva,
aquella que solo necesita constancia.
Durante más de un año me cuestionaba
cuándo comenzaría a escribir el blog; y ahora llevo dos pensando que sucederá
el día que no quiera seguir haciéndolo. No siempre se logra la motivación para
abstraerse de todo, generar dos o tres horas para investigación de una nota, y
dos o tres horas para la confección de la misma. Pero también es verdad, que
ahora me siento como un redactor avezado, que me siento, miro la hoja en blanco
que el word propone y en introducciones ya me encargo de que una página se
llene sola. Después sobrevendrá darle orden a la trama, darle una finalidad y
tener un corolario. Pero esa efectividad la juzgará el que me lee. A mí me
suele gustar lo que escribo, no pierdo la perspectiva pero casi casi.
Para este número festivo, me propuse
consultar a un puñados de conocidos y lectores de lo que escribo, que nota le
agradó o le dejó un buen recuerdo de las ciento noventa y nueve anteriores al
número redondo. Y hubo de todo. Para comenzar, mi suegro Eduardo se comportó
como un jefe de redacción, que antes de plegarse a una tirada especial por
festejos, me encomendó una variedad de nuevas temáticas que no son nada
fáciles. Tomé nota, en alguna momento escribiré sobre eso, es otra rama del
periodismo, el escribir por encargo. Los temas son buenos, profundos y
nostálgicos. Es una buena manera de festejar que alguien cercano, te confíe la
llave de su interior para componer sobre "buscar el anhelo de los
sentimientos olvidados", por ejemplo. Pero si me leen con atención, creo
que yo elijo los temas justamente, para ahondar sobre ese tiempo ido, olvidado,
perdido o demorado.
Marta Eugenia rastreó hasta llegar
casi al principio de mi historia de este deltreceenadelante. "Vivir sin terapia" fue la entrada número once y me refería a ese viejo clásico
argentino, de vivir bien cerca de la terapia del psicoanálisis. Volví a leer la
entrada, y me gustó el reencuentro, porque más de una vez me olvido de lo que
escribo en el tiempo. Lo que más me agrada es la capacidad de compartir mi
interior, y no perder de vista la temática. Marta Eugenia me recordó una frase
que simboliza a los que elegimos vivir lejos de casa, y que no es otra cosa que
"vivir" hasta el último de los días. La frase: "... no curó mi
alma, me enseñó a compartirla. Me sirvió para darme cuenta que nos relacionamos
para compartir, para experimentar..." seguramente hizo que viviéramos al
mismo tiempo el tiempo de la adaptación. Y la compartimos, como esta relación
donde siempre me agrada cruzarme con ella, en las calles de Plentzia, del casco
viejo, o en alguna entrada de este blog que cumple su segundo centenario de
entradas.
Nilda Diarte siempre me alabó y me
alentó a la escritura. Suele ser gratificante encontrar un comentario en una
entrada. Nilda -como Marta Eugenia- es de las que me dejan su impronta,
ofreciendo calidez a mi alma de escritor. Varias veces me anunció su intención
de imprimirlas todas. Y es de las que cada tanto o poco, se empeña en encontrar
viejas entradas que no ha leído. Nilda se detuvo en el titular y la foto que
preparé para una entrada del pasado setiembre. "Cuando empieza a amanecer, la verdad es tan cruel" que trata de la pérdida de la capacidad de
razonamiento, de esa brecha que ha ido aumentando en nuestras sociedades y en
nuestros mismos cerebros. Y de ese listón a la baja que de tanto que nos mean
los que están arriba o los que tienen el poder, creemos que es lluvia y
bendición para el campo.
"Sólo tenemos una doble vida" y "Ya sufriste mejores cosas que éstas" fueron otras dos
entradas escogidas por Nilda, que me permite un razonamiento especial, que
trata de unir la famosa brecha. Como titular de las dos entradas elegí frases
de canciones, una de Soda Stereo y la otra de Los redonditos de ricota. Viejos
enemigos declarados de la música argentina, en mí encontraron que no debía
inclinarme por uno de los dos, y detestar o desconocer al otro. Si bien, Soda
fue el grupo por devoción, mi curiosidad me permitió disfrutar a otros, cosa
que ahora parece imposible de encarar. El estás conmigo o contra mí, parece que
ahonda nuestros espíritus sociales. Es una pena, ilusiona suponer que se puede
reconstituir las relaciones en breve, es un síntoma de superación el escuchar
lo que de antemano no nos gusta, para tratar de llevarnos bien, aunque no
estemos de acuerdo.
Es rara la vez que Rakel Sobera no
comparte en su muro de Facebook una de mis entradas. Creo que no he sido lo
suficientemente gráfico para agradecerle. De hecho, nunca en estos dos años nos
hemos cruzado para hablar del blog. Pero su presencia en este tiempo es
continua, siempre comparte la entrada. Y en ese gesto, uno se siente arropado,
acompañado. A Rakel le gustó una entrada de mayo del 2014 titulada "Gente que no", generada por una frase desafortunada de un político sobre el
supuesto debate entre un hombre y una mujer, y donde el supuesto caballero
sostiene, que por su condición de hombre culto ha de apabullar intelectualmente
a una mujer indefensa. Me había olvidado de la existencia de Miguel Arias
Cañete, eso es lo malo de los festejos especiales. Pero el tema permanece
vigente, sin previsión de cambio. Rakel es de las que sostiene que las
diferencias entre hombres y mujeres son solamente diferencias entre personas,
donde el respeto debe ser el natural moderador. A primera vista, todos
coincidimos sobre esto. La vergüenza pasa por comprobar en la práctica lo
alejado que están algunos hombres del siglo que conjuntamente, transitamos.
También valoró una entrada
"Distintas clases de vida", que apareció hace ya dos años, en octubre
del 2013. En aquella aparición supe compartir una actividad personal,
comunicando la alternancia de sentirse bien al acompañar socialmente a la
gente, y ver por otro carriles como no siempre se le puede facilitar el camino
a los que transitan junto a nosotros. A Nguzi no la veo hace tiempo, sería
ideal saber que finalmente ha logrado una mínima estabilidad en su proyecto de
vida. Quizás por gente como ella, me he volcado a estudiar la carrera de
Educador social. De prosperar, quizás
algún día se lo agradezca en persona.
Rakel, demostrando que hizo con
esmero los deberes pedidos, escogió una de las fotos que acompañan cada
entrada. Y se decantó por una que aparece como fondo la bahía de Plentzia,
señal inequívoca que la tierra tira y más, cuando es tan bella.
No siempre es fácil sentarse a
escribir y llegar a los acostumbrados cinco folios de word. No siempre las
musas acuden a tu rescate. Una entrada donde casualmente me aparté de la rutina
lógica para cumplimentar "la jornada de escritura" fue en la entrada
"Desafiando al rito, destruyendo mitos". Mi primo Sergio destacó el
ambiente en que escribí esa entrada. De paso, recordar que de otra frase
escogida de Soda Stereo, me permite mencionar que juntos compartimos algún
recital del grupo que marcó a más de una generación musical argentina. Y si
elegir las fotos se trata, escogió vaya casualidad la perteneciente a "Con
esa gente diferente, yo me codeo.. que tipo inteligente", también de Soda.
El martes 23 de julio de 2013
incursioné por primera vez en el uso de una caricatura personal que me regaló
mi amigo Diego, en alguna visita a Buenos Aires. Ese rito, supuestamente para
alimentar mi ego, me acompañó promedio en una aparición cada tres
publicaciones. Psicológicamente no puedo precisar si se trata de vanidad o de
un mero recurso para que los conocidos al ver mi inconfundible rostro -lo que
habla del talento de Diego- se animen a linkear la entrada y navegarla. Lo
cierto que ya es un clásico en mi elección, pensando más de una vez lo bueno
que sería contar con más dibujos míos en otras situaciones, de perfil, enojado
o sorprendido. Por eso a Diego le consulté sobre mi permanente violación al
derecho de autor del dibujo ya gastado.
"A Javier lo conozco desde hace muchos años, en verdad no sé
cuántos realmente, pero sí que son muchos. Es un gran amigo, un hermano de la
vida, que por el destino ahora es también mi concuñado.
Javier es un tipo muy querible, aun cuando es acido o cínico en
sus comentarios, porque sabes que vienen desde el afecto y sin mala leche.
En resumen, Javier es una buena persona, fiel a sus convicciones y
de una moral intachable, por lo que me sorprende sobre manera, que en estos
últimos años, se haya convertido en un abusador serial.
Si, abusador serial, basta seguirlo en su blog para darse cuenta
de lo que estoy hablando (aunque en realidad lo estoy escribiendo).
En una de sus visitas a la Argentina, le regale un retrato de mi
autoría, como signo de nuestra amistad, pensando que terminaría adornando
alguna pared del país vasco, me equivoque, porque mi obra cayó en manos de un
abusador serial de la imagen, el cual, sin ningún tipo de reserva lo expone en
cada publicación, no es que esta práctica del exceso me resulte incomodo o
molesta, muy por el contrario, es un halago para mí, que ese regalo hecho desde
el corazón, siga latiendo, más vivo que nunca y sea la imagen de esa prosa
exquisita.
Gracias Hermano, es un orgullo y un honor poder estar presente en
todas tus publicaciones."
Como ven, el blog
funciona. Tengo en vista, la primera demanda editorial por derecho de autor.
Si a alguien
le interesa conocer cuales fueron mis entradas favoritas, les diré que hay
ciento cincuenta al menos de ellas. Pero elijo un par, una vinculada a mi
pasión literaria y el descubrimiento de un nuevo autor, en este caso de una
temática tan actual. "El hombre roto" fue un excelente libro descubierto y las
ganas que me llevaron a compartirlo hicieron que me esmerara en su análisis. La
otra escogida tiene que ver que cada tanto se escribe sobre lo vivido. Y
"Faltan gauchos" fue un simpático recuerdo a mis primeros meses en
Plentzia, cuando todo me sonaba tan extraño. Me di cuenta que con esas
anécdotas, estaba iniciando mi integración al nuevo lugar escogido.
Escribir es
compartir, escribir es razonar en una voz un poco más alta. Escribo porque me
gusta, escribo porque vaya a saber el motivo, lo necesito. Pero lo que se
comparte en el camino es de lo que me nutro, y entonces es más fácil abordar
cualquier tema. Gracias a los que hicieron posible esta entrada y a la
paciencia de estar cerca en estas doscientas caminatas...
PD: Esta entrada está dedicada a todos en general, pero especialmente a mi prima Carolina, que es una fiel seguidora y lo demuestra con tanto cariño...
PD: Esta entrada está dedicada a todos en general, pero especialmente a mi prima Carolina, que es una fiel seguidora y lo demuestra con tanto cariño...
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