“La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva”.
José Saramago
Intenta ser un salto hacia el futuro para terminar siendo una repetición -pero con otras caras e ideologías- de los defectos siempre presentes del pasado. Responde siempre a una idea progresista porque se basa en la creencia de que se hallará un mundo mejor. El corazón las fomenta pero el razonamiento filosófico certifica que en el fondo fracasará porque apenas es un impulso irracional similar a las religiones. La eterna búsqueda de lo que está en el más allá y nunca se nos termina de acercar, de instalar, de reconciliar con la existencia. Una revolución parece ser el sueño eterno, y cuesta una eternidad despertarse para comprender que apenas es una pulsión del o de los portadores de “intereses”. La pasión a veces nunca se pierde, pero en otras ocasiones se extingue, porque se razona que vivir es un imposible, que no es factible estar soñando con alcanzar un ideal de justicia todo el tiempo.