“He advertido, de pronto, que en realidad no recuerdo su rostro en detalle. Sólo creo ver su figura, su vestido, mientras usted se alejaba entre las mesas del café”.
Frank Kafka.
El escenario es distinto. Hemos naturalizado nuevos usos que no formaban parte de la costumbre. El efecto de la pandemia generada por el Covid 19 ha modificado nuestra normalidad, desconociendo hoy día sus definitivos alcances. Al prepararnos para salir de casa no podemos olvidar, entre los nuevos recaudos, de ponernos una mascarilla sin uso. Pisamos la calle y solo vemos ojos, y a muchos de nuestros conocidos nos cuesta reconocer si en su aspecto se suma una gorra o unas gafas. Vivimos momentos de incertidumbre ante la adaptabilidad a esta enfermedad, se le suma la preocupación de no poder ver, casi, una sonrisa. Pero, como para encontrar algo positivo a la situación, las facciones de las personas vistas en esta nueva normalidad, suelen parecer más interesantes que en los viejos tiempos de cara destapada, de rostro completo.