“Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar o el lugar de nacimiento. Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o al conformismo”.
John Perry Barlow – Declaración de Independencia del Ciberespacio - 8/2/1996
Cuando falleció en febrero de 2018, no se supo si John Perry Barlow consideraba aún vigente aquella “Declaración de Independencia del Ciberespacio” que escribió en 1996 y que promovía una proyección colectiva que protegiera a la nueva realidad de la web de los absurdos del mundo físico, de las tiranías y las interferencias políticas, raciales, religiosas o de cualquier tipo que han condicionado el desarrollo de la humanidad. La naturaleza libre y abierta de internet despertaba enormes expectativas sobre el futuro de las cosas. El ciberespacio conseguiría implementar una soberanía propia donde las corporaciones o ideologías podían torcer el destino inicial en la creación de la web, el compartir y que nadie tenga el control sobre el otro. Se buscaba trabajar sobre una nueva gama de derechos humanos, en esta caso con los derechos del mundo digital. La vejez de esa proclama nos invita a reflexionar si se ha avanzado en una nueva ola de derechos o si se siguen profanando los viejos derechos de siempre.