“La lucha por el espacio en el fútbol está siendo terrible pero la revolución del mundial 2022 la hizo un tipo que caminó”.
Jorge Valdano
Desde el dieciocho de diciembre me cuesta ver futbol. En conversaciones entre amigos parece ser un sentimiento compartido. La tanda de penales que definió la vigésima segunda Copa Mundial de FIFA arrasó con todas las emociones, expectativas, ilusiones y necesidades de un pueblo pero también a muchos nos ha dejado vacíos. Finalmente fue la copa de Leonel Messi en Doha, segundo motivo de orgullo, ya que el primero es el juego de nuestra selección. En todo caso, el combinado nacional escogió la final de las finales para obtener su tercera estrella y la obtención -merecida-llegó a través de un juego que revindicó nuestro estilo. Ante comentarios absurdos de “malos ganadores” solo responder que la final se ganó con una exhibición contundente hasta el minuto ochenta y tras la reacción de un solo jugador rival -vaya jeta la de hablar de reacción francesa-se sobrepuso con épica.